CAPÍTULO SIN EDICIÓN
***Darius
Hace mucho tiempo que no participaba de la intimidad más allá del sexo, esa que se crea después de llegar al punto Máximo y que otorga tanta paz aunque a otros le dé un terror inevitable. Últimamente mi encuentros sexuales se resumían en mis amantes realizando el coito mientras yo observaba desinteresado. Ya ni siquiera habían juegos que me atrajeran, el sexo se estaba volviendo aburrido, como todo lo demás referente a este. Se podría definir en pocas palabras, que estaba harto ya.
Pero desde que Caroline apreció en mi vida todo es un poco más distinto. Me siento con ganas de nuevo, con energías, renovado y preparado para la acción. Y no puedo esperar más para atraer a mi linda rubia hasta los pasadizos más placenteros que haya conocido.
Diamond es poco perversa, juega sucio, sí, pero le hace falta un toque de depravación y desenfreno. Y eso es a lo que yo particularmente acudo cuando de copular se trata. Incito a esa maldad que habita en cada cuerpo y la hago explotar, para luego disfrutarla al máximo. Una persona desinhibida y sin escrúpulos es mucho más interesante que el resto, y puede tener el mundo en sus manos. Y yo quiero que Caroline tenga todo bajo su poder, que vea más allá de lo que le ha enseñado su antigua amante.
Quiero darle la oportunidad de explorar conmigo nuevas formas de excitarse, nuevas maneras de amarse a sí misma, porque de eso se trata nuestro estilo de vida, de amar el sexo y por ende conocer y disfrutar todo de su sexualidad.
Siento su aliento pesado en mi cuello y sus dedos acariciando sutilmente mi pecho. Luego de nuestro momento de desenfreno para lo único que me quedó fuerzas fue para invertir nuestras posiciones, después de eso hemos estado tumbados en el incómodo sofá en completo silencio. No hemos dicho ni una palabras y es que no es necesario, nuestros cuerpos lo dijeron todo. Nos deseamos y no hay necesidad de terminar con esto.
–¿Estás dormido?– la escucho susurrar y sonrío. De hecho estoy más que despierto.
–No.
–¿Puedo preguntarte algo?– levanta su cabeza y sus hermosos ojos me observan con curiosidad. Levanto una ceja y ella se sonroja –Es una indiscreción pero ¿prefieres a las mujeres o a los hombres?
Frunzo el ceño. Creo que es la primera vez que alguien me pregunta eso. Soy un hombre abiertamente bisexual o al menos eso quiero creer, la verdad es que las relaciones con otros hombres me suelen saber desabridas a veces, como si le faltara un chispa para estallar, pero es algo que también me suele suceder con las mujeres.
–Creo que es lo mismo– murmuro y ladea su cabeza –Aunque eso no importa, ahora solo te prefiero a ti– para darle más énfasis a mis palabras, empujo mis caderas hacia arriba mostrándole cuánto me gusta.
Ella sonríe traviesa y acomoda su trasero de forma sugerente, en una clara invitación. Estiro mi mano y acomodo mi polla en su entrada para penetrarla sin prisas. Ella gime bajito y con sus músculos internos me acorrala provocando que trague saliva. Cuando hace eso quiero morir lentamente de placer.
–Creí que estarías agotado.
–Nunca para ti, omorfià– beso su frente y rodeo su cintura con fuerza –¿Por qué me has preguntado aquello?
–Es que me he sentido que estoy mal al preferir a los hombres, ¿sabes? Mis relaciones con chicas son limitadas– aparta la mirada algo avergonzada y arrugo la frente. Eso no tiene sentido alguno.
–Tú decides con quien estar, es una estupidez pensar en qué está mal o no.
–Ahora quiero estar contigo– confiesa mordiéndose el labio inferior y sonrío.
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Yes, Sir (+18)
RomanceFue ver sus ojos y perderme en ellos. Eran atrayentes, misteriosos y a la vez risueños. Cuando se posaron en mí entendí la magnitud de los hechos: él me había cautivado con una sola mirada, me había hecho rendirme a sus pies. Sabía que él sería el...