Capítulo 7

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BORRADOR SIN EDICIÓN.

***

Me bebo el quinto martini de la noche. Ya siento como el alcohol actúa en mi sistema, haciéndome transpirar y reír de absolutamente todo. Merliah ríe a mi lado también, tras rememorar el rostro de uno de nuestros espectadores mientras se masturbaba.

–Era tan ridículo y asqueroso– dice secando una lágrima de su ojo –Algunas personas definitivamente deben de dejar de venir ya.

–Shh– llevo mi dedo a mis labios –Está prohibido denigrar a las personas aquí. Todos somos iguales. Lo dicen las reglas.

–A la mierda las reglas. Es un anciano, ya deberían cancelar su membresía. Me sorprende que aún se le pare– se encoge de hombros y vuelvo a reír. No sé por qué, la voz de Merliah me da gracia.

–A Diamond le da igual que esté viejo, Merliah.

–Diamond está mal.

Frunzo el ceño y la miro mal. Ha llegado muy lejos. Esto no me ha dado gracia.

–No te pases.

–Lo siento.

Pido otro martini para quitarme el mal gusto de la boca. Iba todo tan bien, hasta que ha tocado mi vena protectora. Diamond es uno de mis puntos débiles, es mi amiga, odio cuando alguien se mete con ella.

Cuando el barman me tiende mi bebida, la acabo de un solo trago. Miro a mi alrededor, la mitad de la gente se ha ido, pero es temprano y pronto llegarán más.

–Iré a dar una vuelta– comento levantándome del banco y sufriendo un leve mareo –Maldición– siseo y siento la mano de Merliah en mi hombro.

–¿Estás bien?– pregunta preocupada.

–Solo estoy un poco borracha. Nada que no se arregle con un poco de agua.

Me alejo de los dedos mágicos de Merliah y me encamino a uno de los baños para refrescarme. Siento una mirada pesada en mi espalda, sin embargo cuando paso mis ojos por todos lados no encuentro nada. Es decir, muchos me observan, es lo que sucede aquí, pero hay una en específico que me quema la maldita nuca.

Ignoro aquello y continuo con mi camino hacia los aseos. Allí observo mi apariencia. Estoy sonrojada hasta más no poder y mis pupilas están dilatadas. Soy un asco. Recojo agua fría con mis manos y mojo mi rostro, dejando que se alivie un poco. Estoy cansada, ha sido una larga noche. Creo que debería volver a casa.

Me miro nuevamente al espejo, recuerdo la hora que estuvimos Merliah y yo en el exhibidor. Las miradas de los espectadores, la de Dean y la de él. Darius Christopoulos. ¿Qué está haciendo aquí? Supongo que Diamond no lo sabe, de ser así yo lo sabría, naturalmente.

Ese hombre es difícil de ignorar, sus ojos me persiguen por todas partes. ¿Cómo es posible que me haga temblar sin hacer absolutamente nada? Cuando estaba con Merliah, pensé que era su boca la que estaba en mí. ¡Una locura! Ni siquiera he hablado con él, sé quién es, sí, pero nunca he cruzado palabras con el gran magnate griego, aquel que forjó a la Diamond Hamilton de ahora. El tipo es una leyenda.

Y yo estoy loca por estar teniendo estos pensamientos.

Vine aquí a olvidar, a pasar un buen rato y por supuesto, a oldivarme de los hombres, por eso estuve con Merliah y no con cualquier otro ser con pene. Pero él cual mago hizo una breve aparición y ha revolucionado todo en mí. ¡Por Alá, Caroline! Das pena y vergüenza. Ni siquiera lo conoces.

Me río de mi comportamiento adolescente. Y vuelvo a mojar mi cara antes de salir del baño.

Ha sido un gran día a pesar de todo. Creí que estaría más cohibida luego de lo que ha pasado, pero este lugar saca lo mejor de mí... o lo peor. Quien sabe. Pero saca algo y me gusta lo que soy cuando estoy en el Temptation.

Yes, Sir  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora