Capítulo 8

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BORRADOR SIN EDICIÓN.

***

–Fui una imbécil, Caroline. Me excedí– Di niega con la cabeza una y otra vez.

Estoy anonadada. Desde que me ha llamado y he llegado a su casa, no puedo creer lo que mis ojos ven. Diamond Hamilton, deshecha, desaliñada, vuelta un estropajo. Está sin maquillar, envuelta en un albornoz, ojerosa y con ojos rojos e hinchados.

–Tengo media hora aquí, Di, y no tengo idea de lo que ha sucedido. Solo te veo ahogarte en tu propia miseria, amiga– extiendo mi mano y la pongo sobre la suya que tamborilea sobre su pierna –Cuéntame qué pasó anoche.

Sus ojos azules me miran con una profunda tristeza, con arrepentimiento y dolor. ¿Qué mierda?

–Lo arruiné todo, Care. Invité a Ethan a jugar e hice lo único que él me pidió que no hiciera– muerde su labio inferior –Hice que Dean lo tocara anoche y se puso furioso, Caroline.

Inspiro hondo. A Diamond le fascina romper reglas, dice que ella las hace, no me sorprende que haya ahuyentado al chico. Es lo que ha pasado con todos los demás amantes. Solo que ahora hay una diferencia: Ethan significa mucho para ella.

–Diamond– murmuro apretando los labios. No sé qué decir.

–Sabía que no debía hacerlo, pero tengo esta estúpida fijación con hacer lo que se me da la gana– una lágrima se le escapa de un ojo.

–¿Lo amas Di?– pregunto con cautela y ella me mira de forma tan vulnerable que se me aprieta el corazón.

–Sí, Care. Y lo perdí.

Chasqueo la lengua y me acomodo a su lado para que pueda apoyarse en mí. La quiero mucho y me apena verla así, pero entiendo a Ethan al irse. Su orgullo está ultrajado.

» –No quiere hablarme, ni verme. Me odia. Tomó todas sus cosas y se fue con Piper. Pasé de tener todo a nada en un segundo, ellos se habían convertido en lo mejor que tenía.

–Lo sé. Déjalo pensar, liberar el enojo. Luego búscalo y hablen. Es lo correcto.

–¿Segura?– se escucha tan indefensa.

–Sí, segura.

***

Anoche sucedieron tantas cosas al mismo tiempo que no tengo como explicarlo. Lo de Diamond e Ethan, mi encuentro con Darius. Y de solo pensar en este último se me aprietan las entrañas. ¿Cómo una persona puede ser tan intrigante y sensual a la perfección?

Me apena que mi amiga la esté pasando tan mal y que yo esté aquí como niña con su primer novio, emocionada y soñadora, pero no puedo evitarlo. Y después de tanto tiempo sufriendo por un hombre, tal vez pueda darme la oportunidad de conocer a otro. En diferentes términos, claro, y no cometiendo el mismo error que con Dean.

–Basta, Caroline. No comiences una nueva historia en tu cabeza– me regaño a mí misma mientras tiro la tarjeta de Darius me dio, a un lado.

No puedo caer de nuevo en una relación, no estoy preparada para ello. ¿Verdad?

Tomo mi teléfono y marco un número que me sé de memoria, espero que tomen la llamada y respiro tranquila cuando lo hacen. Su voz es un gran calmante.

–Caroline, que bueno que me llamas.

–Hola, doctora Turner.

–Lauren, querida– me recuerda y sonrío –No has ido a tus últimas citas, ¿quiere decirme algo?

–Lo siento, no me he sentido muy bien. Pero ahora lo estoy... o eso creo. Me pidió que si tenía alguna lucha mental, la llamara– muerdo mi labio inferior algo nerviosa. ¿Estoy haciendo lo correcto?

Yes, Sir  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora