Capítulo 59

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Descanso sobre el pecho de Darius con una enorme sonrisa. Creo que lo que le hacía falta a mi día era él definitivamente, de pronto mi malhumor se ha ido, el sueño por igual y aunque estoy agotada, estoy fresca, como si hubiese revivido.

Las maravillas de un buen sexo.

Mi griego tiene los ojos cerrados, está tan tranquilo que sospecho que se ha quedado dormido. Mientras hacíamos el amor, no paraba de darle vueltas a algo que hace días me viene carcomiendo la cabeza. La curiosidad me mata y no encuentro una forma no vergonzosa de expresárselo, muchas veces lo he intentado pero el pudor es mucho más fuerte y no entiendo por qué, he visto y he hecho cosas inimaginables cuando fui amante de Diamond, en el Temptation he realizado actividades que la mayoría no realizaría.

¿Entonces por qué con él me gana el bochorno. Es ridiculo.

—¿Por qué tan callada?— su voz es suave, un ligero murmullo.

—Creí que estabas dormido.

—¿Sabes? Puedo escuchar tu cabeza trabajar desde aquí. Dime lo que estás pensando— Lo miro asombrada, ¿cómo ha sabido...? Esto es raro —Haces ruido cuando piensas, suspiros largos y pequeños sonidos nasales— responde a mi pregunta no formulada y sonrío. Me pregunto cómo es que me conoce tanto.

—Bien, entiendo que pasas mucho tiempo observándome— digo divertida y él arquea la comisura de su labio —Lo que estaba pensando era una pequeña fantasía que ha surgido desde que te conozco— murmuro y espero a que me mire, cuando abre los ojos con curiosidad me sonrojo inevitablemente. Muerdo mi labio interior y mi piel se vuelve de gallina. ¡Habla Caroline, no seas tonta! —Yo quiero... verte.

Darius frunce el ceño y sé que no he sido completamente clara, pero es que muero de pena.

—No entiendo, agapi— susurra tomando mi barbilla suavemente e intentando descubrir lo que esconde mi mirada —Se un poco más clara.

Respiro hondo y decido decirlo sin más, no creo que sea algo que le escandalice. Es normal en su mundo... en nuestro mundo.

—Quiero verte tener sexo con otro hombre— atajo sin más.

Él alza las cejas, un poco impactado por mi balbuceo rápido, pero luego sonríe, ese gesto pícaro y descarado que me hace temblar. En un movimiento rápido y fluido, me deja debajo de su cuerpo, él es todo lo que veo y la imagen es fascinante.

—Así que te puede el morbo, pequeña traviesa— se inclina a tomar mi labio inferior con los dientes y emito un leve jadeo. Se mete entre mis piernas y lentamente invade mi interior. Gimo suavemente y rodeo su cuello con mis brazos —Podemos hacer algo al respecto— gruñe moviéndose con suavidad provocando que mi piel se erice. Dios, que bien se siente.

—Sí— susurro en medio de un ronroneo.

—Quiero llevarte a conocer algo— murmura cerca de mi oído mientras deja suaves besos en mi cuello.

—¿Qué cosa?— para este punto no sé cómo estoy hablando, sus movimientos pausados hacen estragos en mí, es delicioso, encantador. Demonios, no quiero que se distraiga y pare.

—Una sociedad. Mi club. Eros.

—Maravilloso.

Lo tomo de las nalgas para invitarle a ir más rápido. Enredo mis piernas con las suyas y clavo mis uñas en la piel expuesta de su maravilloso culo.

—¡Joder!— exclama antes de embestirme con fuerza. Haciendo chocar sus caderas con la mía sin compasión.

Entra y sale de mí, enviándome ráfagas de placer por toda mi anatomía, una especie de droga que me debilita, me hace volar. Mierda, se siente tan bien como me llena, como toma todo de mi existencia y me vuelve loca de deseo.

Yes, Sir  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora