Capítulo 3

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Re-Aprendiendo

Había pasado una semana ya, y Marco, tal cual dijo, cargaba a Hekapoo para todos lados sin pretextar. Ella intentaba no molestarlo por ende no le pedía mucho ese favor, intentaba moverse lo menos posible aunque no le gustara estar sentada tanto tiempo.

Aveces intentaba caminar o levitar pero le costaba trabajo hacerlo por tiempos prolongados, y sabía que si hacía un sobreesfuerzo podría empeorar su situación.

Marco muchas veces la cargaba sin que ella se lo pidiera ya que en su expresión notaba el  aburrimiento, por lo que cada vez que salía a cazar o pescar, él la llevaba consigo para que no quedara sola en casa.


Marco muchas veces la cargaba sin que ella se lo pidiera ya que en su expresión notaba el  aburrimiento, por lo que cada vez que salía a cazar o pescar, él la llevaba consigo para que no quedara sola en casa

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Al ver a Marco en esa posición Hekapoo no pudo evitar soltar una ligera y adorable risa, verlo así le causó gracia y ternura

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Al ver a Marco en esa posición Hekapoo no pudo evitar soltar una ligera y adorable risa, verlo así le causó gracia y ternura. Intentó reír en voz  baja para no despertarlo pero éste aún así lo hizo. Soñoliento abrió los ojos y al ver a Hekapoo mirándolo se sobresaltó cayendo del sofá.

— ¡Ay no! Marco ¿estás bien?—dijo conteniendo la risa.

—¡Auuuch!—Se sobaba el rostro.— ¡No te burles Ayy! ¿P-porqué me mirabas dormir?—dijo sonrojado.

— Bueno jaja, con esa particular forma de hacerlo pues quién no lo haría.—Se terminaba de reír.

— Mmm... Hoy por la noche cerraré esa puerta.

— Espera ¿Por eso siempre te levantas primero verdad? —Se reía.

— Noo, lo hago para tener todo listo para cuando despiertes.—dijo levantándose.

— Aww gracias, jeje debo decir que te ves adorablemente lindo durmiendo así..

— JA JA muy graciosa. Iré a enjuagar mi cara.— Se dirigió al baño.

—Oye, no te estoy mintiendo.

—Sí como no.— decía desde el baño.—Me encargaré de cerrar esa puerta hoy.

— Pues no te dejaré hacerlo.

— Ya lo veremos.

— Eso digo yo, ya lo veremos...—Se puso al borde de la cama y con la llave bajo la almohada abrió la gaveta y sacó su teléfono. Tenía un texto en el buzón.

Dimensión en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora