Divagando(Oops jeje).
Quedó helado por lo que vió. Su cerebro encendió las alarmas, la adrenalina golpeó su cuerpo y tensó sus músculos en un acto instintivo de supervivencia. Las uñas de su mano izquierda se abarrotaron de la arena que rasgó cuando cerró la palma por reflejo.
Su brazo derecho reemplazado por un alargado y escurridizo monstruo morado que creyó que no volvería a ver, tragó saliva e intentó recomponerse ante la mirada inquietante que recibía.
Era algo que se esperaba, pero que estuvo evitando durante toda la semana, sabía que esos fluidos morados solo podían deberse a esa cosa, y se alivió al ver que habían cesado, sin embargo era consciente de que solo estaba retrasando lo inevitable.
—Tú... ¡¿Cómo regresaste?! —Rechistó frunciendo el ceño, lejos de tener miedo.
—Soy parte de ti, te lo advertí. —Su voz era tan ronca como escalofriante y sus movimientos recordaban a los de una serpiente, tenía una sonrisa macabra que transmitía una tensión hostigante.
Marco quién se mantenía a la defensiva por cualquier inminente ataque, se encontró buscando con su otra extremidad cualquier cosa que pudiese usar en su defensa, sin apartar la mirada de su viscoso huésped sintió algo en su mano y no dudó en tomarlo para usarlo como arma, pero al notar que no podía levantarlo volteó un poco para asegurar una mejor sujeción.
Su corazón se paralizó por medio segundo. Sus ojos se ensancharon de forma brusca, soltó el agarre de golpe y se apartó con un grito ahogado en cuanto notó que lo que sujetaba era la pata de aquella bestia que lo había arrastrado hasta ese lugar.
Sin saber de dónde sacó fuerzas se levantó con un movimiento abrupto y retrocedió con pasos temblorosos, se detuvo cuando sintió en la cabeza un golpe repentino que le asestó el tentáculo.
—Oye niñita relájate, ¿no ves que está muerto?
Sobándose el golpe examinó a la criatura y corroboró que en efecto así era, el cuerpo tendido e inmóvil, humeaba y parecía estar deshaciéndose poco a poco.
—¿Qué pasó? —murmuró mientras normalizaba sus latidos. Fue una pregunta más retórica que con propósito.
—Salvé tu patético trasero, otra vez.
Con una mueca exagerada volteó a mirar su otro problema a su derecha, abrió la boca apunto de decir algo pero se detuvo al procesar las palabras que había escuchado. Se plantó a la defensiva en su pose derivada del karate si bien en este caso ridícula considerando que el adversario era su propio brazo.
—¡¿Qué quieres decir con eso?! ¡¿Y cómo rayos regresaste?!
—No te librarías tan fáci chico. Quién diría que solo hacía falta una herida para ser libre por fin.
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Dimensión en llamas
RomansaUna relación mal vista por muchos reinos y sus altos mandos ¿Una miembro de la alta comisión teniendo amoríos? Marco y Hekapoo enfrentarán muchos inconvenientes debido a sus sentimientos. Una relación que traerá muchos conflictos. Y una unión que af...