Capítulo 32

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Vínculo inestable.

Hekapoo mantenía los ojos fijos en el cielo através de la ventana, observando la tormenta. El teléfono de Janna vibró en su falda y la chica se sobresaltó sacándolo con torpeza. La foto de Star cubría la pantalla y la zona inferior citaba información detallada: video llamada interdimensional; X667.

«Mewni».

—Mierda, la cobertura Pixie es una locura. Qué buen servicio —Deslizó el dedo para contestar y el grito de Star la recibió del otro lado de la pantalla.

—¡Janna banana! —La princesa apareció en la imagen, acurrucada en un fuerte de sábanas y almohadas, vistiendo pijama y temblando como un chihuahua con frío, aunque no era el frío lo que la afectaba—. ¡Se está cayendo el cielo sobre Mewni!

—Star, cálmate. —Janna apartó la mirada de la pantalla por un momento, observando a Hekapoo, quien seguía paralizada mirando hacia afuera através de la ventana. Luego regresó la vista hacia su teléfono—. Aclárate, ¿qué pasa?

La imagen cambió, y en su lugar apareció la ventana de la habitación de Star, en donde Janna pudo ver la tormenta embravecida que caía sobre Mewni. Un rayo dejó la pantalla en blanco por un instante, y el sonido casi revienta los altavoces del teléfono. La señal se perdió y la voz de Star llegó entrecortada.

—Mierda —maldijo la bruja. Levantó el brazo en busca de señal a la vez que dió tres pasos hacia adelante. La imagen se aclaró de nuevo. Star se veía peor que al principio. ¡Por supuesto, la princesa le temía a los rayos!

—¡JANNA! —exclamó Star con un grito melodramático, los ojos llorosos y chorreando mocos—. ¡No quiero morir aquí!

—No vas a morir, Star. Es solo lluvia. Ya pasará.

Claro, solo una tormenta inofensiva. Lo único extraño era que había una tormenta aconteciendo allí también. «Tal parece que los astros se alinearon en ambas dimensiones», pensó la bruja.

Avanzó unos pasos y se acercó a Hekapoo.

—¡NO ME DEJES SOLA! —exclamó Star.

—No te dejaré sola. Tranquilízate.

Hekapoo estaba tan metida en su trance que no parecía haberse percatado de Janna. La bruja Intentó buscar con la mirada aquello que observaba Hekapoo, pero no había nada, simplemente el cielo, la lluvia y los rayos. Pero los ojos de Hekapoo parecían percibir algo que solo ella era capaz de ver. Tenía una expresión confusa e inquietante, y su rostro palidecía aún más, si es que eso era posible.

Le posó la mano sobre el hombro y fue entonces que la demonio salió de su hipnosis, enfocando su atención en la bruja, con ojos cristalinos. Janna le habló con suavidad.

—¿Te encuentras bien?

Hekapoo se tomó un momento para contestar. La perturbación en su mirada era notoria, y Janna terminó por contagiarse de esa inquietud que rebosaba de su rostro pasmado. Le tomó unos segundos a Hekapoo volver a la realidad. Apretó los párpados mientras agachaba la mirada, confundida.

—Me siento cansada... —murmuró, parpadeando dos veces.

Por alguna razón, Janna cedió a un impulso de colocar la palma en su frente para corroborar su temperatura, como si sirviera de algo ante un cuerpo que arde por dentro constantemente.

Star interrumpió de nuevo, sollozando, pero notablemente más tranquila.

—Se ha detenido un poco. A-al menos el cielo ha dejado de rugir.

—Perfecto —dijo Janna mirando a la pantalla—, ¿crees que puedes manejarlo?

—Un poco.

—Muy bien. Llama si necesitas algo. Intenta buscar unos audífonos para el ruido.

Dimensión en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora