20-No leer

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Capítulo XX.

Maria

Cuento las horas, miro el reloj una y otra vez, el teléfono no se despega de mi ni un segundo, me asomo por la ventana cada media hora, me comunico con Thom cada tres horas. Todo esto para asegurarme de que mi hijo esté bien, de que no haya ningún problema, de prevenir una emergencia. Esa es mi rutina todos los días desde que mi hijo, mi cachorro, mi pequeño príncipe, volvió a la manada.

La preocupación me calcome cada vez que Alexandro cruza esa puerta hacia el exterior, no puedo evitar pensar millones de cosas malas y negativas.

El mundo lo persigue, los seres sobrenaturales, en especial, los oscuros, lo odian, quieren ver a mi hijo pequeño muerto como sucedió con... Sé que ellos creen que estamos muertos pero es cuestión de tiempo para que se den cuenta, a pesar de mis esfuerzos por cambiar un poco la apariencia de Thomas y la mia, es fácil para alguien experimentado reconocernos.

Estoy agotada mentalmente por mi hijo, tantas cosas que debo hacer para protegerlo me pasan factura, mis poderes se debilitan porque no he tenido reciente contacto con la magia, por eso, sé perfectamente que hay muchas cosas de las cuales no puedo proteger a mi hijo, batallas que ha librado solo, contra su peor enemigo, él mismo.

Gale, ha nacido con tantos problemas y dificultades a su al rededor que me dolería contarlos. Tantas cosas hicieron que mi pequeño cachorro fuera de todo menos... Normal. Su vida se basa prácticamente en huir, controlar sus poderes entrenando de manera despiadada, reprimir sentimiento, emociones y por último, preocuparse por cosas de las cuales no debería a su corta edad.

Eso destruye a cualquier madre y por eso, no me imagino como se sentirá él.

La puerta se abre dándole paso a Alexandro que aparece en el umbral de la puerta, empapado por la lluvia, su mirada está perdida en algún punto del entorno y sin decir palabra alguna se dirige a su habitación en el último piso.

Respiro un poco más tranquila, al menos está en casa. Se fue desde esta mañana y se ha comportado muy extraño. Por lo que dijo Thomas, anoche, y de la nada, salió corriendo, transformado en lobo y no informó a donde iría. Cuando Dark intentó alcanzarlo, él le dijo que no lo siguiera, que debía hacer algo... Solo.

No nos preocupamos en ese momento porque pensamos que tal vez estaría con su mate, de la que por cierto, no sabemos absolutamente nada, solo que se llama Jennifer y que es una loba como nosotros, o bueno, como los de la manada.

Esa tranquilidad se esfumó en cuanto Alexandro volvió al día siguiente, con sangre seca en su pelaje blanco, se destransformó y encerró en su habitación. Más tarde, fui a buscarlo para almorzar (porque no desayunó) ya no estaba por ninguna parte, se había ido de casa, lo llamé y me dijo que estaba resolviendo unos asuntos importantes... Otra vez.

Me preocupa... Me preocupa demasiado y su indiferencia con todo el mundo no ayuda para nada.

Respiro profundo.

Tal vez, con una vez que lo vuelva a intentar no me vaya tan mal. Me levanto y camino por la sala hasta llegar a la cocina, preparo el postre favorito de Alex. Consiste en una tarta de arándanos con menta, acompañado con un chocolate caliente y ¡Listo! Sonrío ante el resultado. Tomo una bandeja y coloco el postre junto al chocolate caliente pero derrepente surge un pensamiento que me hace devolver. ¿Y si no le gusta? Ese era su postre favorito cuando estaba pequeño, cuando aún vivíamos en nuestro hogar, ¿Qué tal que ahora no le guste? Ha pasado mucho tiempo desde que debió haberlo comido por última vez, tal vez desde que tenía unos siete años.

Pero ya hice el esfuerzo, no me puedo hechar para atrás, tal vez si le guste, tal vez por tener tanto tiempo de no comerlo le guste, no lo sé, solo me queda averiguarlo.

A Través De Tu Alma: GALE (Nueva Versión En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora