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Narra Nora

Son las dos de la mañana y no logro reconciliar el sueño. Me paso una mano sobre el rostro y lograr ver bien en la oscuridad del cuarto de Vera. Con tan solo recordar el día me da un dolor de cabeza por el susto y el estrés.

Me levanto silenciosamente y sin hacer ningún tipo de ruido. Como futura doctora la dejo descansar como debe ser, el único lugar donde puedo ir a estas altas horas de la noche es en el cuarto de Alex. Espero que todavía está despierto porque si no sé qué hacer.

Cierro la puerta del cuarto de Vera en absoluto silencio, camino en puntillas hasta llegar a la puerta de Alex y para mi suerte sigue despierto viendo algo en su teléfono, me apoyo en el marco de la puerta con la suerte de que me vea. Por algo vira la cabeza y nuestras miradas se conectan.

- ¿Todavía despierto? – rompo el silencio

-Algo así – dice señalando su celular - ¿Quieres ver?

Asiento, cierro la puerta detrás de mí y me recuesto en su cama mientras voy acomodándome a su lado. El calor de su cuerpo es envidiable, me coloco lo más cerca para calentarme.

- ¿Qué estás viendo? – digo curiosa

- Good Girls en... -

-Netflix verdad – asiente – Me acabe de ver la anterior semana -

El alza las cejas sorprendido.

-Mentirosa –

-Mentirosa yo – algo molesta me incorporo y por molestarlo abro las piernas para sentarme sobre él, mis manos subían por su pecho y los ojos de él bajaban a mis manos traviesas. – Puedo decirte cómo termina... –

-No necesito que me lo digas... – toma su teléfono y yo lo arrebato aventándolo al suelo – Puedo decirte cómo termina esta situación – nos señaló a los dos.

-Para eso vienes a molestarme – él también se sienta y yo me balanceo, tomo de su cuello fuertemente para no caerme.

Nuestras respiraciones están agitadas, aun no hacemos nada, pero pensar lo que podemos hacer en estos momentos es bastante obvio. Me acerco más a él besándolo e intento sacarle la camiseta que lleva puesto, pocos segundos después ya está en el suelo.

Los besos se volvieron profundos y húmedos, sus labios bajaron hasta el escote, lamiendo, chupando los pechos, cierro los ojos sintiendo cada roce y besos que cada vez bajan aún más. Alex me abraza de la cintura moviendo de la posición que estamos, ahora estamos al revés, el encima de mí, entre mis piernas. Encaja tan bien así. Los besos aun no paran, las manos de él juegan en la piel descubierta, de un tirón me alza la blusa de dormir lanzándolo al suelo.

-Ahora es mi turno – dice y me besa lentamente.

Me besa mientras sus manos bajan por mi cuerpo haciendo que abra más las piernas alrededor de él, se acerca, veo en sus ojos con lujuria, empieza a moverse despacio acelerando de a poco los movimientos, cierro los ojos para concentrarme y hago lo posible de no hacer ruido.

Los gemidos sonaban bajo de ambos y el calor subía aún más. El clímax llego y ambos caímos rendidos a lado del otro. Esto termino mejor de lo que imaginaba.

Nuestros gemidos fueron reemplazados por risas a lo bajo.

Debería dormir aquí y hacer esto nuevamente.

...

Es hora de desayunar, Alex y yo tratamos de hacer algo comible para todos. Jamás creí que él se despertaría temprano para hacer esto. Verlo concentrado en lo que hace me genera tranquilidad.

Sonrió algo tímida mientras ayudo cortando algunas frutas mientras voy colocando en un bowl pequeño para cada uno, hecho poco de granola y frutos rojos para terminar. Limpio mis manos en una toalla que está cerca de mí, al incorporarme de nuevo siento dos manos en la cintura y unos labios que los bese en la noche.

Cierro los ojos por un par de segundos a recordar lo que fue hace algunas horas. Una vos conocida nos interrumpe y al abrir los ojos hay una Vera viéndome con ojos asesinos hacia mí, mientras camina hacia mi dirección. Alex se da vuelta y toma su bowl saliendo de la cocina.

¿A caso está avergonzado?

Las dos nos quedamos viendo su diferencia de carácter en un abrir y cerrar de ojos. No me impresiona, tengo el mismo carácter que él con una diferencia de yo si se socializar más que él.

- ¿Qué acaba de pasar? – rompe el silencio Vera.

-Simplemente se fue... – sonó algo frio con mi vos madrugadora.

- ¿Por qué se despertó temprano? El no suele hacer eso – al escuchar eso de ella alce una ceja.

¿Qué acabo de presenciar?

-Espera, él me dijo que iría hacer ejercicio – como algo de fruta.

- ¿Ejercicio? – por poco se atora – Que va, no lo he visto haciendo ejercicio desde hace tiempo – nuestras miradas se conectan y se lo que significa - ¿El trata de impresionarte? – lo dice con vos alta.

- ¡¿Puedes tratar de bajar la vos por un segundo?! –

-Ah ya lo siento, ahora si me doy cuenta que mi propio hermano quiere algo serio contigo – lo dice tan sarcástica que se parece a mí – Aun así me gusta verte con él, hacen una linda pareja -

- ¿Y tú qué me dices de tu chico que al final de todo fue tu doctor de turno? – volvieron esos ojos asesinos de ella y yo saco mi sonrisa de victoria.

-Lo único que puedo decir a eso es que el también hace lo mismo – al terminar la oración se sonroja y yo me rio por lo obvia que es.

Las dos reímos en cómo nos hablábamos imitando a la otra, nos sentíamos raras burlándonos de nosotras mismas que la madre de Vera entra a la cocina viéndonos con un rostro tranquilo y sereno.

¿Cómo puede ella ser así de sencilla?

Ella nos pasa por nuestras espaldas mientras va preparándose su café mañanero y yo le tendí la fruta picada que hice con Alex. Ella con mucho gusto asintió dejándonos paradas en el mismo sitio. Al salir escuchamos un "adolescentes" junto con una risa.

Vera reímos cuando su madre se alejó lo suficiente para que no nos escuche.

-Así que, con mi hermano, no – Vera empieza a molestar de nuevo

Intento aventarla algo y Alex entra de nuevo quedándome quieta. Mi respiración se vuelve como una bomba cuando pasa atrás mío rozándome su cuerpo con el mío. A lo que quería salir hizo lo mismo.

Sus ojos me vieron por pocos segundos y sonrió.

Cuando te vi ✔ COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora