capitulo 18

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DIVIDIDA
capítulo 18

DARIEN

Jamás he sido muy afectuoso, más bien son rudo, directo algunas mujeres me consideran sexi, encajo en el canon de "chico malo" al ser educado por mi padre y sus amigos, no tuve otra  opción, mi madre murió cuando apenas tenía 3 años, papá se hizo cargo de mí, el era un hombre al que el rock and roll la motos y chamarras de cuero lo enloquecían, al parecer eso fue lo que enamoro a mamá, por qué los dos compartían esa afición, poco después de que papá, pereciera en un acidente en su Harley, encontré en el ático de la vieja casa, una maleta con VHS en las que se podía ver a mamá, cantando mientas papá tocaba la guitarra, algunos videos cortos de mamá sobre aquella imponente moto, modelando para papá, con su perfecta cabellera negra, sus labios rojos, algunos otros hablando del futuro y de cómo querían llenar con sus nombres las marquesinas, papá siempre lucho por su sueño pero jamás paso de cantar en centros nocturnos y bares de mala muerte, aún así él me miraba con el mismo amor que la miraba a ella y me heredo el gusto por la música un gusto que me ha abierto el camino para ser una de los cantantes más cotizados y famosos del medio, un hombre al que solo le bastaria mirar a una fan para que sea suya, tengo todo lo que deseo materialmente, pero lo más importante es sumamente escurridizo, ella... Serena o Usako ya ni sé cómo llamarla, parace ser como agua entre mis manos, cada vez que la siento mía se va.
Es una mujer... No sé cómo describirla, lo pienso y suena loco algo sin explicación tal vez lo que siento por ella nubla mi entender, cuando la conocí aún era una niña  quizás tenía 15 o 16, recuerdo que al llegar a la pensión después de haber enterrado a mi padre, y haber vendido lo poco que dejó, para conseguir mi sueño, ahí estaba ella con un gran overol a primera vista no note que era una mujer, cuando descubrí la realidad quizás ese pedófilo dentro de mi despertó, desee ser yo quien la iniciará a su vida sexual, tenía un misticismo como el de una virgen, sus labios carnosos rosados, el rubor en sus mejillas que parecía, era una señal de alto, pero jamás he sido respetuoso con las luces rojas, ella tenía una curvas tiernas, aún no eran las de una mujer su cuerpo lleno de curvas quería recorrerlo como cuando paseo en la vieja Harley de papá, en la montaña. Pero ella parecía un ratoncito tímido y renuente.
Una niña, me encantaba ver su silueta pasar atravez de las cortinas de la puerta, de vez en vez ponía mi oído en la pared para poder escucharla cuando se daba una ducha imaginaba, como pasaba sus manos sobre su virginal cuerpo, fantasiaba sobre qué es lo que se pondría para dormir, quizás una bata, tal vez algo rosado con encajes, debo admitir que en esos días volví a la época de la secundaria donde el auto placer era cotidiano, y mas pensando en esa niña.

Serena era una loba con piel de oveja, jamás me hubiera imaginado que detrás de ese rostro de querubín, había una leona.

La primera vez que tuve a Serena cerca fue después de la cena el día que llegue a la pensión, mientras platicaba con su papá en el cobertizo, no debajo de verla de reojo acomodando las cosas de la cocina, cuando ví que se disponía a llevar a los gemelos a dormir sabía que era tiempo de terminar mi plática con el señor Kenji, un buen hombre a leguas se ve que era un músico, me contó una rara historia sobre una mujer, que lo hizo dejar la música, pero por estar más atento de Serena no entendí del todo.

Subí, la miré desde el barandal, como se detuvo a cortar algunas rosas, ahora que lo recuerdo después de tantos años, me doy cuenta que ella opacaba la belleza de esas flores, subió con safencia mirando las estrellas del cielo, daría todo lo que ahora soy, por qué me viera como las veia a ellas.

Me oculte tras la columna que dividía mi cuarto del suyo, cuando la saludé se asustó que dejó caer la llave, se puso algo nerviosa ni tarde ni perezoso me agaché al tocar su mano sentí como se estremeció, tal vez era mi ego que me hacía ver qué deseaba que la besara, y así lo hice pero su actitud fue de huir.

me quedé unos segundos afuera de su puerta sabía que me estaba viendo toque mi barbilla y sonreí, - tarde o temprano serás mía - murmuré, mientras pensaba en las chicas de la edad de Serena eran más abiertas más atrevidas, algunas veces solo me bastaba la mirada para tenerlas a mi lado, pero está chiquilla tenía orgullo, o quizás miedo.
Entre a mi cuarto, me puse a tocar la guitarra sabía que ella me escucharía, así como yo la escuchaba bañarse.

Cómo padezco de insomnio, la escuché levantarse, me asicale, estaba por salir del cuarto cuando escuché unos pasos que se detuvieron en la puerta de Serena, me quedé parado.
- hija!! Reí hoy no pasará por tí, llamo para avisar que está enferma, así que date prisa irás sola a la escuela, tengo revisión de protección civil, y tengo que estar aquí así que no podré llevarte...- miré hacia arriba y sonreí es mi día de suerte.
- si papá no hay problema...- contesté ella de inmediato abrí la puerta.
- buenos días señor!!- dije
- buenos días Darien!! Ya de salida?-
- así es tengo mucho que hacer hoy... Nos vemos por la tarde!!- dije mirando un segundo la puerta de Serena, por la transparencia de la cortina note que estaba paraba, espiando, me despedí del señor con una palmada en la espalda.

Al bajar el primer escalón escuché.
- es un buen chico...-
- a mí me parece presumido...-
- vamos hija a ti todos los chicos, y parecen presumidos...- los dos rieron y baje corriendo las escaleras para que no me vieran.

En la puerta principal, miré hacia las dos esquinas, tratando de adivinar por donde se iria Serena, me decidí por la derecha, camine sin dejar de mirar atrás, por si salía Serena.

Estuve como 20 minutos, hasta que la ví salir con su uniforme escolar, parecía ese cliché sexi de colegiala con sus dos coletas, comenzó a caminar hacia el otro lado, - maldición!!- exclme y comencé a correr tras ella con cuidado para que no me viera.

Pero era rápida caminando,la ví subirse a un autobús, así que tuve que correr hasta la próxima parada, mientas estaba el alto, ni tiempo me dió de recuperar el aliento, cuando le hice la parada, al subir miré todos los asientos, por suerte Serena se sentó hasta atrás y estaba sola, me acerque con disimulo ella miraba un libro.
La mire y sonreí, su rodilla estaba descubierta, me mordi un labio.
- disculpe señorita, me podría decir la hora?-
- así permítame...- dijo miro su reloj y al halzar la vista y verme hizo cara de asombro y emoción que intentó inútilmente disfrazar de enojo, el rojo en las mejillas la delató.
- me estás siguiendo?-
Comencé a reír...
- yo a una niña simplona... Por favor no te creas tanto...-
- saliste hace mucho de la pensión, y apenas subes al bus?- cuestionó como detective
- creo que la que está pendiente de mi eres tú... Dime por qué no te quedate a platicar anoche?-
- en la pensión tengo que ser amable por papá, pero aquí no así que no me hables!!- dijo sería
- vaya que mal educada, eres una mocosa mimada... - le dije tomando su libro.
- mocosa a la cual te gusto besar o no?- dijo altiva eso hirio mi ego.
- breves lecciones de sexualidad...- leí el título ella se puso roja como manzana he intentó arrebatarmelo.
-  ahorrate la lectura, aquí si tú quisieras tienes tú laboratorio de pruebas...- dije abriendo mis brazos
-  basta dame mi libro ahora!! Chiba!!- sonreí verla ansiosa me gustaba.
-  veamos... La primera vez tiene que ser...-
-  cállate por favor!!!- dijo y se puso sobre mi casi recostandome en la hilera de asientos, depósito un beso en mis labios, me incorpore tomándola de la cintura y sin dejar de besarla, la apreté a mi cuerpo no te de inmediato que no sabía besar.

DIVIDIDA ( Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora