Felíz

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Era felíz. Hoy amanecía un nuevo día que me despertó recordando todo lo que sucedió ayer con Miriam. Fue una tarde que recordaré toda la vida, por fin comenzaba a sentir que todo cobraba sentido. Me levanté enérgica, con ganas de comenzar un nuevo día. Como siempre, pasé por mi armario escogiendo un outfit perfecto, me maquillé y me peiné con especial mimo. 

Decidí que me pasaría por la cafetería la Golondrina para mejorar mi día, quería ir sola para tener un tiempo para mi y para mis pensamientos. Además tenia ganas de volver a sumergirme en aquella fantástica historia de amor, ahora que yo comenzaba a escribir la mía propia. 

Me despedí de mi madre que estaba en la cocina acabando de desayunar para ir a trabajar. Mi felicidad se hizo notar y mi madre no pudo evitar mirarme con cara de sorprendida. Por lo general soy una persona positiva y intento mostrar mi mejor cara hacía los demás. Supongo que esto como todo, tiene su lado positivo y su lado negativo. Quizás suelo guardarme demasiado mis sentimientos para que la gente no se preocupe por mi.
Antes de que mi madre pudiera preguntarme yo ya estaba saliendo de casa, quería que supiera que estaba feliz, tampoco es que pudiera evitarlo, pero no quería tener que explicarle el motivo. 

Me encaminé con mis auriculares puestos mientras escuchaba "Set fire to the rain" de Adele. Al llegar saludé a Oscar mostrándole la sonrisa que normalmente me mostraba él. Sorprendido y quizás algo dudoso tomó nota de mi pedido mientras conversábamos. A continuación me indicó que me sentara mientras él me preparaba mi desayuno.                                          
Como era de esperar aproveché que venia sola para tomar asiento frente al ventanal y poder disfrutar de esas preciosas vistas mientras llenaba mi estomago con aquel delicioso desayuno.      
Me encaminé hacía la enorme librería para recoger aquel deteriorado libro. Lo encontré en el mismo sitio donde lo deje el último día. Volví a coger asiento para comenzar con la lectura cuando volvió a aparecer aquel pequeño papel que al parecer también seguía aquella historia a la misma vez que yo. Volvió a quedarse rondado por mi cabeza si todo esto sería una coincidencia o alguien lo estaba haciendo a propósito y si era así ¿porque?. 

Como una pequeña nube mis pensamientos se esfumaron al escuchar el chirriante ruido que hace la puerta de madera al abrirse. En una ocasión le pregunté a Oscar porque no arreglaba aquel ensordecedor y molesto ruido, él amablemente, me dijo que le gustaba conservar las cosas tal y como estaban y que aquel molesto ruido para mi, para él era motivo de felicidad ya que, significaba que durante años muchas personas han cruzado esa puerta. Su motivo me pareció increíble y cambió mi percepción de las cosas. Desde entonces, para mi, también había dejado de ser un simple ruido. Olivia apreció por esa puerta y se encaminaba a la barra para hacer su pedido diario. Los observaba sonriente mientras charlan, siempre tan amables y tan simpáticos el uno con el otro. Supongo que después de tanto tiempo ambos se tenían mucho cariño.  

Como siempre fui descubierta cuando Olivia se encaminó hacia nuestro sitio. Clavé mi vista en el libro de inmediato pero fracasé. 

- Buenos días Laura.- Dijo Olivia sonriente mientras tomaba asiento enfrente de mi. 

- Hola Olivia.- Contesté muy alegremente y con una sonrisa de oreja a oreja. 

- ¿Y esta felicidad repentina? ¿algo que deba saber?- Preguntó. Eso me hizo pensar en la cara que debía llevar siempre para que la gente me viera tan diferente. 

- Bueno... Quizás ayer hablé con Miriam y ya esta todo solucionado. Ayer nos contamos que sentimos y somos pareja definitivamente.- Dije casi saltando de la silla y con emoción al contarlo. Mi corazón latía demasiado rápido y apenas podía explicarme con claridad. La verdad es que no sabia porque le estaba contando todo esto a ella. 

- ¿Enserio?- Dijo asombrada. Daba la sensación de que no se alegraba por mi, aunque tampoco iba a pedir demasiado, era una casi desconocida.- Quería decir que me alegro mucho por vosotras.- Rectificó.- ¿Era lo que tu querías, no?

- Sí, por supuesto. Es algo raro, me siento extraña. Creo que todavía tengo que digerir todo esto, nunca llegué a pensar que ella sintiera lo mismo por mi. Aunque el principio no fue demasiado agradable, ayer pasé una de las mejores tardes de mi vida.- Contesté sonriente. 

- ¿Y eso? ¿Porque empezo mal?- Preguntó Olivia mientras disimulaba abriendo su ordenador. 

- Bueno, digamos que hubo un mal entendido. Iba camino de la universidad cuando vi a Miriam desde lejos, decidí acercarme para saludar y con un poco de suerte ir juntas y hablar. Cuando me estaba acercando la vi besándose con un chico.- Hice un corto silencio al ver la cara que puso Olivia.- Pero todo está bien, ella me vio y se acercó a explicarme que nada era lo que parecía, había sido una confusión por parte de David, su amigo. Aprovechamos para hablar y solucionamos todo.- Acabé de explicar. 

- Y... ¿la crees?- Dijo dubitativa. 

- Por supuesto. Ya te he dicho que ayer dijimos la verdad y nada más que la verdad.- No entendía porque me preguntaba aquello, no era de su incumbencia. 

- De acuerdo, si tu la crees yo no tengo nada que decir. Solo que tengas cuidado.- Hizo una mueca intentando mostrar una sonrisa.- Me alegro de que estés felíz. 

- Gracias.- Devolví la sonrisa. 

Cuando nos volvamos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora