Era día veinticuatro, mi madre como siempre había salido pronto de casa para ir a trabajar, enseguida mis amigas picaron a mi puerta para reunirse conmigo y empezar con los preparativos. Yo había comprado algunas de las cosas que necesitaríamos pero aún necesitaba salir una vez más. Acompañada por mis dos mejores amigas recorrimos el centro de Barcelona en busca de las mejores tiendas de decoración y de preparativos para fiestas. Habíamos conseguido el árbol perfecto, algunas bolas de decoración y lo más importante los regalos para mi madre, de la comida se encargarían mis abuelos.
Llegamos a casa después de estar toda la mañana fuera, las tres estábamos agotadas de caminar tanto. Menos mal que había intentado recompensar a mis amigas con algo de comida de uno de nuestros restaurantes favoritos, en realidad era un simple pizza pero de las más buenas que puedas comer aquí. Eso nos dió una pequeña tregua para reposar y descansar a la vez que llenabamos nuestros estómagos.
- Laura, ¿que te pasa? apenas has probado bocado y es tu pizza favorita.- Preguntó Clara, siempre era la más atenta, era como una mamá para nosotras.
- No tengo mucha hambre, supongo que son los nervios porque todo salga bien esta noche.- Respondí. En realidad llevaba varios días sin apenas comer nada.
- No podemos desperdiciar está deliciosa pizza así que, me la comeré yo.- Soltó Marta haciéndonos reír a todas y cogiendo de mi plato mi porción de pizza.
- Estate tranquila amiga, todo va a salir perfecto y tu madre va a estar super feliz con todo esto, ya sabes que nada más que ver un poco de decoración en casa ella ya está contenta.- Volvió a hablar Clara después de la interrupción de Marta.
- Espero que si amiga, que esto le ayude a estar mejor y a recuperar un poco la felicidad. Gracias por vuestra ayuda de nuevo, de verdad.- Dije sonriendo.
Las tres nos pusimos en pie de nuevo dispuestas a ponernos manos a la obra. La emoción por hacer esto a mi madre recorría mi cuerpo provocando un estado de nervios en mi. Quería que todo saliera perfecto y volver a ver la sonrisa de mi madre. Abracé a mis amigas y empezamos a montar el árbol. Recuerdo que de pequeña solíamos poden un árbol bastante grande así que, decidí que este también tenia que serlo. Era más grande que nosotras y precisabamos ayuda de una escalera para colocar las ramas de arriba del todo. Una playlist de villancicos como banda sonora de aquel momento sonaba mientras decorábamos el árbol con adornos blancos y plateados. El momento luces había sido de los más gracioso, Marta había acabado enredada entre ellas mientras Clara y yo no podíamos parar de reír.
Lo siguiente había sido añadir luces y algo más bonito a la decoración que ya había puesto mi madre en las escaleras. Enredamos nuevas luces en la barandilla y habíamos puesto algunos objetos graciosos colgados de ella. Habíamos preparado la chimenea con nueva leña y algunos calcetines que adornaban la parte superior. A continuación hicimos algún cambió en el salón de manera que cupiera la mesa para algunas personas más de las que acostumbrábamos a recibir. Aprovechamos para prepararla de manera bonita con motivo navideño. El estado sobrio del sofá había cambiado con alguna manta y unos cojines esponjosos algo más coloridos.
- Chicas, os traigo algo para merendar. Venir a descansar un poco.- Avisé a mis amigas mientras posaba sobre la mesa algunas cosas para picar.
- Mmm... Que rico, muchas gracias Laura.- Contesto Clara mientras se sentaba en el sofá a mi lado.- La casa esta quedando genial amiga.
- Sí, nos esta llevando mucho tiempo pero no esta sirviendo para pasar tiempo juntas, además de lo bonita que esta quedando la casa. No me quiero perder la reacción de Irina.- Dijo Marta. Hacía mucho tiempo que mis amigas conocían a mi madre y le tenían mucho cariño. Mi cara se entristeció un poco.
- ¿Que pasa Laura? No digas que nada, llevas todo el día algo rara, no has querido comer de tu pizza favorita y llevas varios días distante.- Preguntó Clara, me conocía demasiado bien.
- Sí, Clara y yo lo hemos hablado varias veces. Sabes que puedes contar con nosotras para lo que sea y si algo te preocupa podemos intentar ayudarte.- Le siguió Marta.
- Chicas...- Hice una pausa, los nervios se apoderaron de mi y apenas conseguía que las palabras salieran de mi boca.- Claro que confío en vosotras... sois mis mejores amigas. Esto es algo complicado para mi y contarlo esta siendo una situación difícil pero ya no quiero ocultarlo más.- Dije.- Estoy saliendo con Miriam.- Solté sin pensarlo más.
- ¡¿QUE?!- Exclamaron mis dos amigas a la vez.
- Pues eso, que estoy saliendo con Miriam desde hace algún tiempo.- Ellas no decían nada así que seguí hablando.- Solo unas semanas, casi un mes.
- ¿Porque no nos lo has dicho antes?- Preguntó Marta.- Estoy en shock, era lo último que esperaba hoy.
- Para mi ha sido difícil asumir esto, nunca a sido un tema que se haya hablado en mi casa de manera normal, no había conocido a nadie que fuera como yo y no tenia con quien hablar sobre esto, además era la primera vez que me estaba pasando algo así.- Expliqué.- Tenía miedo a que me rechazarais por gustarme también las chicas.
- Pero eres tonta, ¿como se te ocurre pensar algo así de nosotras?- Dijo Clara.- Nosotras siempre te vamos a apoyar en esto y en todo, somos tus mejores amigas y solo queremos tu felicidad.
- Y que la compartas con nosotras.- Río Marta mientras ambas se acercaban para abrazarme.
- ¿Y como a pasado todo?- Preguntó Clara sorprendida cuando volvieron a sus puestos.- Cuéntanos todo. ¿Con Miriam?- Reímos.
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Cuando nos volvamos a encontrar
RomanceDos personas destinadas a que sus caminos se crucen para así cambiar sus vidas repentinamente sin esperar todo lo que sucederá después, y es que hay cosas tan inexplicables que solo se pueden entender viviéndolas en la propia piel, adentrándonos en...