La verdad delante de mi

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- Laura, ¿que haces aquí, amor? ¿que pasa?- Preguntó ella siguiéndome hasta el sofá. 

- Tengo algo que preguntarte.- Respondí mientras me sentaba. Estaba nerviosa porque sabía que actitud podía llegar a tomar la morena contra mi. 

- Pues dime, soy toda oídos.- Mostraba una actitud tranquila. 

- ¿De verdad tu me regalaste a Maya estas navidades?- Pregunté soltando aquellas palabras que me estaban oprimiendo la garganta. 

- ¡¿Que?! ¿a que viene esto ahora? Sabes de sobras que te regalé a Maya, yo misma te lo dije.- Respondió poniéndose más nerviosa. 

- Hay muchas cosas que no me cuadran, nunca te he contado que quería un perro como mascota, ni tampoco mi raza favorita, no se... - Dejé un corto silencio para continuar.- De repente aparece Olivia y Maya se comporta como si la conociera desde siempre cuando no la había visto nunca.- Dije. 

- ¿Como que Olivia?, ¿la has visto?- Preguntó Miriam.

- Me la crucé en la cafeteria al salir, ella estaba con Maya. Miriam por favor dime la verdad.- Pedí a modo de suplica. 

- ¡Te estoy diciendo la verdad! ¡Tu me dijiste que querías un perro!- Contestó gritando. 

- Me estás mintiendo, nunca te he dicho que quisiera un perro, ni siquiera el valor que tenía para mi. Además, la primera vez que te pregunté, me dijiste que todo el mundo quiere un perro y que por eso me la habías regalado. 

Salí de casa de Miriam muy enfadada, nunca me he atrevido a hablarle así porque se que ella puede llegar a ser mucho peor que yo pero, en está ocasión no había podido evitarlo, no soportaba las mentiras, estaba acostumbrada a que desde pequeña me tomarán por tonta pensando que así me podrían mentir siempre y no me iba a enterar. Ahora que sabía que Miriam no había sido la encargada de que Maya llegara a mi vida, tendría que comenzar con la búsqueda de la causante. Ahora muchas cosas me encajaban, que Maya llegará por correo, que cuando se la presenté estuvieran tan sorprendida... 

Iba caminando junto a Maya mientras le hablaba esperando que fuera ella la que me resolviera todas las dudas, solo ella tenia la verdad. Estábamos llegando al parque cuando de nuevo me volví a topar con ella, Olivia estaba sentada en uno de los bancos con el ordenador sobre sus piernas. En cuanto deshice el agarre de la correa que retenía a Maya, esta salió dispara a reencontrarse con ella. Olivia la recibió encantada a la vez que sorprendida, parecía que estábamos destinadas a encontrarnos en todas partes. Veía como ambas se alegraban mucho de verse y como Olivia respondía a todo el cariño que la pequeña quería recibir. 

- ¡Maya ven aquí!- Viendo que en este momento yo había pasado a segundo, quizás tercero o incluso cuarto puesto, rodé mis ojos asumiendo que tendría que acercarme a ellas para recuperar a mi mascota.- Hola...

- ¡Hola!- Dijo algo efusiva.- ¿Que tal? 

- Bien. Parece que tenía ganas de verte.- Dije señalando a Maya al percatarme de que mi comentario se podía mal interpretar. 

- Sí, eso parece... y yo encantada. Esta pequeñina es muy simpática.- Dijo levantando su mirada desde abajo para clavar sus ojos en los míos durante unos segundos.- ¿Que tal si te tiro la pelota?- Volvió a mirarme para recibir alguna señal de aprobación por mi parte. Yo solo le tendí la pelota. 

Después de ver como Olivia y Maya jugaban durante un rato mientras una tiraba la pelota y la otra era la encargada de recogerla y volver a traerla recibiendo una caricia en formada de recompensa por parte de la mayor.  

- ¿Estás bien?- Rompió el silencio mientras veíamos como Maya se alejaba en busca de la pelota. Esta vez la había mandado más lejos, como si quisiera ganar tiempo para no ser interrumpida. 

- Sí, ¿porque?- Dije sin apartar la vista del frente mientras observa correr a la pequeña.

- Vamos Laura... Un poco si que te conozco y se que esa cara no es solo por la incomodidad del momento.- Contestó. 

- He peleado con Miriam.- Solté. 

- ¿De nuevo? 

- Hacía mucho tiempo que no peleábamos, desde que te marchaste, pero... está vez ha hecho algo que no me ha gustado nada.- Expliqué. 

- Parece que soy yo la culpable de todos vuestros problemas.- Agachó la cabeza.- ¿Puedo saber que ha hecho esta vez?

- Me mintió.- Deje un largo silenció intentando encontrar las palabras adecuadas y pensar en porque le estaba contando todo esto a ella.- Me dijo que ella me había regalado a Maya y es mentira. 

- ¿Ella te dijo eso? No me puedo creer que se atribuyera algo así...- Dijo ella y entonces lo tuve claro. 

- ¿Y sabes porque lo sé?- Le pregunté, encontrándome una negativa por su parte.- Porque fuiste tú. 

Cuando nos volvamos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora