La tarde anterior me la pase entre libros intentando avanzar el máximo posible de tarea. Aunque debo admitir que no había parado de acordarme de Olivia y del día que habíamos pasado juntas. Últimamente mis días habían estado llenos de nuevas aventuras y momentos especiales que me habían hecho volver a recuperar esa alegría que me había faltado durante algún tiempo atrás.
Mi madre llegó de trabajar obligándome a dejar por hoy los estudios para cenar con ella. Cenamos mientras ambas compartíamos nuestro día. Por fin le conté que llevaba unos días yendo a desayunar a una nueva cafetería que había descubierto, sin olvidarme de nombrar a Oscar y Olivia contándole también lo buenas personas que eran ambos y del detalle que tuvo Olivia conmigo al haber hecho todas aquellas cosas por mí ayer. Mi madre me dijo que podía invitarla a casa a cenar cuando quisiera y así tener la oportunidad de conocerla. Además de haberme hecho prometer que la llevaría a probar el mejor café del mundo. Después de cenar nos acomodamos en el sofá con un bol de palomitas mientras compartíamos un momento de relax juntas y disfrutábamos de una nueva película. Yo había estado intercambiando algunos mensajes con Miriam para ver como se encontraba, recibiendo como respuesta que mañana ya podría volver a clase. Le explique los nuevos trabajos haciendo hincapié en uno en concreto, un nuevo trabajo que nos habían puesto para realizar juntas. Y sin olvidarme de nombrarle las trabas que había puesto aquella profesora por sus faltas de asistencia.
Me desperté tarde. Estaba agotada y apenas había escuchado el sonido de la alarma a las 6:30 de la mañana. Me sobresalté cuando mi madre entró en mi habitación para despertarme de nuevo. Pegue un salto de la cama dándome cuenta de que llegaba tarde. Me dirigí al armario para coger un conjunto básico y a continuación fui al baño para asearme rápidamente y cambiarme de ropa. Salí de casa no sin antes despedirme de mi madre y coger una pieza de fruta para desayunar en el metro.
Entraba en la universidad cuando oí que alguien me llamaba. Me giré y no pude evitar sonreír al ver de quien se trataba. Era Miriam. Se acercó a mi dejando un fugar pico en mis labios, algo que me dejó sorprendida ya que días antes había evitado incluso estar cerca de mí en la universidad. Ambas sonreímos entrando juntas a clase mientras le preguntaba como se encontraba hoy y haciendo le un pequeño resumen de los temas dados ayer en cada materia.
El día pasó bastante rápido, acompañada de Miriam que hoy había estado especialmente cariñosa y simpática conmigo, parecía que la conversación había dado sus frutos y avanzábamos poco a poco.A la salida, ambas nos reunimos con Marta y Clara para volver juntas a casa. Me pareció ver el coche de Olivia aparcado frente a la puerta. Lo dejé estar porque justo arrancó y se fué. No podía ser ella, no habían quedado, ni siquiera había podido verla ya que no había podido pasar por la cafetería a causa de mi retraso. Seguramente era un coche igual al de ella. Acababa de llegar a casa con Miriam agarrada a mi mano. Vamos a comer juntas para luego poder empezar con el nuevo trabajo, aún había tiempo pero Miriam suele tomarse las cosas con calma y no quería cargarme yo sola todo el trabajo. Acabamos de comer y recoger la cocina y agarrando de nuevo la mano de mi novia la guié hasta mi habitación.
- Tenia ganas de verte.- Habló Miriam después de cerrar la puerta de mi habitación comenzando a continuación a besarme. Me besaba de una forma que jamás había empleado haciendo así que me sorprendiera. Es una cosa normal que hacen las parejas así que decidí seguirla. Se tornaron besos cada vez más fogosos, apenas podía respirar. Miriam me tumbo sobre la cama y empezó a bajar sus besos por mi cuello hasta llegar a mi escote. Subió su mano al inferior de mi camiseta empezando a subirla hasta dejarme descubierta de cintura para arriba.
Tuve que pedir que parará, sus labios recorrían todo mi torso dejando pequeños besos. No me sentía a gusto y preparada para que aquella fuera mi primera vez. Había tenido varias relaciones antes pero jamás había mantenido relaciones sexuales con nadie. Apenas llevaba unos días saliendo con Miriam y antes de dar aquel paso quería conocerla mejor y dejar pasar un tiempo.
- Por favor Miriam, necesito parar.- Pedí. Ella elevo su mirada para clavarla en mí intentando buscar alguna señal que le dijera que podía continuar, pero no la hubo.
- ¿Que te pasa?- Preguntó ella apartándose de encima mío para colocarse a mi lado.
- Te quiero, pero apenas hace unos días que estamos saliendo y quiero que sea especial.- Contesté avergonzada.
- ¿Nunca te has acostado con nadie?- Preguntó ella dejándome sorprendida por su frialdad ante tal pregunta.
- No
- Mira, vamos a dejar esto para otro día. Tengo que irme a buscar a mi hermana a la escuela, está apunto de salir.- Se levantó de la cama para recolocarse la ropa y coger sus cosas.
- ¿Y el trabajo?- Pregunté mostrando confusión.
- Empieza tu con la búsqueda de información y reparte las tareas para que pueda trabajar desde casa, cuando lo tenga te lo pasaré para ponerlo en común.
- Pero...- Dije incorporándome de la cama mientras volvía a ponerme la camiseta.
- Adiós.- No me dejó acabar la frase. Cerró de un portazo la puerta de mi habitación escuchando a los pocos segundos también la de la entrada de casa.
Empecé a llorar desconsoladamente.
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Cuando nos volvamos a encontrar
RomanceDos personas destinadas a que sus caminos se crucen para así cambiar sus vidas repentinamente sin esperar todo lo que sucederá después, y es que hay cosas tan inexplicables que solo se pueden entender viviéndolas en la propia piel, adentrándonos en...