Nemea (VI)

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El sol del séptimo día comenzaba a asomarse tímidamente, proyectando una suave luz dorada que se filtraba por las ventanas de Bestalia. Afuera, Nemea ya bullía de actividad, y los preparativos para partir se intensificaban con cada minuto. El sonido de las campanas anunciaba el amanecer, un eco distante que traía consigo el inicio de lo que sería una misión decisiva.

En el estacionamiento al aire libre, junto a los corrales, Drake y Lance cargaban las maletas en la parte trasera de una camioneta, lista para llevarlos al aeropuerto de Nemea, a unos veinte kilómetros de distancia.

—Tomaremos escala en la ciudad de Valermot de Santus —dijo Drake mientras repasaba el itinerario—, donde nos espera un contrato para limpiar un contrabando de los rebeldes. Después, un vehículo terrestre hasta Lazarus. Nada de barcos por tu miedo al mar, Lance, y nada de caballos por Valkiria.

—Me gusta lo accesible que es este equipo —comentó Lance al subir la última maleta—. Por cierto... tengo una pregunta muy importante que hacerte.

—¿Qué pasa?

—¿Quién te parece más linda de las Águilas de Acero? Sheila es jodidamente insoportable, y estoy seguro de que no ha tenido pareja en su vida. María, aunque recatada, seguro es toda una fiera en la cama, pero es de Tonatiuh, y lo respeto. Valkiria... uf, es toda una belleza, con la fuerza para cargarnos a los dos. Y según Alice que se bañó con ella, tiene un cuerpaso.

Drake alzó una ceja, desconcertado. —¡¿Por qué preguntas esa clase de cosas en un momento como este?!

—¡Venga! No me digas que no lo has pensado.

Drake suspiró. —Bueno, mentiría si dijera lo contrario.

Lance sonrió de oreja a oreja. —Creo saber cuál es mejor para ti. ¿Lo decimos juntos? Solo por diversión.

—Vale. A la de tres. Uno, dos, y...

—¡Valkiria! —gritaron al unísono, soltando una carcajada y chocando las manos con fuerza.

—Bueno... ¿crees que Valkiria se interese en un tipo como yo? —Lance comenzó a hablar rápido, moviendo las manos con nerviosismo—. ¡Ya sabes! Carismático, misterioso, jodidamente apuesto, incluso sin mostrar mi cara. A las mujeres les gusta la intriga, ¡y eso siempre me ha funcionado!

Drake sintió un escalofrío y, casi instintivamente, se cubrió el rostro con su casco. —Lance...

—Ejem. —Escucharon unos tosidos a espaldas de Lance.

—Están detrás de mi, ¿verdad?

Lance giró lentamente, resignado, y se encontró con Alice, Valkiria, y Sheila, todas mirándolo. Alice, con una mirada severa, tenía las manos en las caderas, mientras Valkiria parecía curiosa y Sheila con los ojos entrecerrados por su ego dañado.

—Si siguen hablando guarradas, yo misma los voy a terminar de educar —dijo Alice con voz autoritaria, su elegancia resaltada por la armadura verde y su cabello oscuro con mechones azules sueltos.

—Chicos, agradezco que me consideren atractiva, pero... —Valkiria dio un paso al frente y se inclinó ligeramente en señal de respeto—. Lo siento, no estoy interesada en ninguna relación romántica.

Las palabras cayeron como un balde de agua fría sobre Drake y Lance, que palidecieron en un instante.

—Ustedes dos... —gruñó Alice, inflando los mofletes y agarrando a ambos de los cuernos de sus cascos—. ¿Ya hablaron con Anabel?

—¡Lo hicimos anoche! —se quejó Drake, con una mueca de dolor.

—¡Suelta! —gritó Lance—. ¡Nos mandó decir que nos quiere mucho y que mantengas nuestro trasero a salvo o colgará nuestros cadáveres en el granero!

EL ASESINO DE DIOSES volumen 1  y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora