Capítulo 31: A las puertas del gueto brumoso

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Las pesadas botas quebraban las ramas en el andar de dos dragonas, una atrás de la otra; el hielo guiaba el fuego, rodeados de árboles nacarinos de gruesas ramas secas y suelo fangoso, del que sonaba el cantar de la naturaleza, bajo el sol del medio día. No todo el territorio atrás de murallas dominaba el urbanismo. En la zona antigua, se expandía amplios campos rurales, lejos de la ambientación industrial de la ciudad.

Sheila observaba la espalda de la alta mujer en silencio, en sus manos sostenía una brújula que le guiaba dando vueltas en ese bosque extraño. El cantar de la naturaleza y el motor de los vehículos pecaban de inexistentes, y la incertidumbre tiñó de rojo las pieles, derramando frio sudor por el mal presentimiento.

Algo que le llamó la atención Sheila fue la armadura de V, al tener en la espalda esa lamina móvil, que se deslizaba al activar las alas, tal cual la indumentaria hecha por Brock. No podía deducir de que material se trataba, ese negro azabache y los cortinajes del faldón azul se movían elegantes en soplar del viento.

V disfrutaba la sinfonía de los audífonos al chaquear los dedos y tararea al ritmo, en un andar cercano al baile. Sheila no alcanzaba a escuchar nada de esa canción y le gustaría conocerla. Se preguntaba qué clase de música podía disfrutar alguien como ella; por lo que comenzó a pensar en artistas y bandas, tratando de teorizar basada en el ritmo.

Morfia estaba en su primera alternativa, casi todos los Einharts la disfrutaban; de llegar a ser eso, trataría de sacar de la mente todos los éxitos que conocía y se aseguraría de averiguar primero la canción favorita de V; con lo que arremetería compartían el mismo gusto, aunque fuese una mentira. Pensaba en la extinta Toxina, y un largo etcétera que ponía todo de ella, con tal de congeniar y formar una amistad.

«¿Qué estoy haciendo? Me estoy portando como una loca obsesiva... tranquila, no la conoces y ya quieres volverla tu hermana».

Sheila tragó saliva dándose cuenta de lo que surgía en la mente, cayéndole una sensación de pesar y pena. Jamás hizo esfuerzo por conservar las amistades. Se desapegaba emocionalmente de las personas negadas a caer en el control de Sheila, todo debía hacerse a su manera; pocos los exentaba de esta regla.

Ese comportamiento asocial preocupó a la familia que la acogió, y en consecuencia desarrolló una personalidad retraída. Ha logrado formar un vínculo de amistad, con algunos miembros de Einharts. Naturalmente las relaciones se crearon en convivencia, nada forzado.

—¡Quien fuera tú el fuego vivo, al ser ser inmutable ante cada estación, querida! Este calor va a carbonizar mi hermosa piel perlada, no estoy hecha para el bronceado. Lo que daría por que caiga la noche y venga una nevada. —Farfulló V retirando los audífonos, y los guardó en una de las bolsas de la chaqueta que colgaba bajo la capa perteneciente a Sheila; ambas prendas sujetadas sobre el droide. Quejosa en ojos entrecerrados en respiración agitada, limpió el sudor de la frente, y jalaba las mejillas fijando que no se enrojeciera—. Odio el medio día. Después de esta campaña, tendré que mandar a checar mi indumentaria. Se supone que me mantiene fresca. No está funcionado como debería. Dame frescura por favor, pequeño Albi.

Agitando la mano como un ventilador en el rostro, el droide sacó unas manos mecánicas, con las que sujetó la prendas que se retiró V y Sheila anteriormente. Se pegó a la dueña liberando aire por medio de los pequeños ventiladores, salidos de orificios en la envergadura.

—Tal vez es porque estás muy cerca de mí. —Sugirió Sheila, le sorprendía lo habladora que podía llegar a ser V de repente, todo lo contrario, a ella. Una el fuego que carecía de calor y la otra el hielo que emanaba calidez. No sabía cómo tomar ese hecho.

—Es una posibilidad. —Aliviada por el aire de la máquina, se pudo relajar en un suspiro que le calmó las carnes y abrió la boca tomando grandes bocanadas de aire en faz placentera—. No te culpes, puedo tolerarlo. Apenas es una molestia, voy a beberme una jarra entera de agua helada a la primera oportunidad que tenga.

EL ASESINO DE DIOSES volumen 1  y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora