Conversaciones (parte 1)

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¡Hola! Esperó que les guste el cap, es solo la primera parte de la conversción entre James, Tony y Nat. 

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Respiró profundamente durante tres minutos a la vez que se dejaba caer sobre su cama, miraba el techo de su dosel intentando despejar su cabeza del pánico que siente. Escuchaba el agua llenarse en la bañera como si se tratara de una dulce melodía que tranquilizaba los latidos de su corazón, pero eso era lo que hacía, el sonido del agua le daba una calma que nada llegó a darle. Miró la hora en su teléfono móvil, aún faltaba como una hora para el encuentro con James y todavía no se sentía listo. Dejó el aparato sobre la cama para mirar con atención el reloj suizo que estaba en su muñeca, dio dos toques sobre la pantalla y el reloj cambió su forma.

"Bienvenido, Tony"

Una robótica voz femenina se hizo eco a través de la silenciosa habitación, su vieja inteligencia artificial le dio una calurosa bienvenida. Su pequeña Viernes apenas tenía tres años de nacida y ya sabía todo acerca de su padre -creador- el castaño rápidamente se encariño con su IA por lo que la mantuvo oculta todo el tiempo, solo despertándola cuando sentía que era seguro. Hace mucho que no escuchaba a su pequeña niña, de hecho hace mucho que tampoco veía a sus hijos -sus robots- ya los extrañaba. Viernes le dio todas las informaciones sobre las cámaras de seguridad de todo el recinto, incluso los audios y cada información sobre las personas que pisaban la mansión Stark. Con una sonrisa se despidió de su IA y la volvió a dormir, aunque Viernes nunca dormía, se mantenía silenciada, recopilando todo lo necesario para proteger a su creador, la IA lo amaba, gracias al pequeño genio, ella tenía vida. Tony guardó el reloj en uno de los cajones de la mesa al lado de la cama, tomó la caja de cigarrillos junto con el encendedor y su celular, le echó llave a la puerta principal para evitar visitas no gratas.

Entró a su baño y por inercia la bloqueó, ya asegurado en su propio baño soltó un suspiro que parecía estar años en dentro suyo. Hizo pis antes de sacarse toda su ropa, luego procedió a activar el sonido en su teléfono y lo dejó sobre el lavamanos, ignorando absolutamente todas las cicatrices en su cuerpo se metió a la bañera. Cuando el agua tibia relajó sus músculos dejó toda tensión atrás, encendió un cigarrillo para que la experiencia sea más placentera, así que dando la primera calada sus recuerdos viajaron hasta unas horas antes, cuando desayuno unos ricos panqueques en la casa de Steve. Era la tercera casa en la cual se sentía ¿Como decirlo? Amado, sí, sentía aquel calorcito en el pecho justo como lo sentía con las familias de sus mejores amigos, le encantaba como la pequeña Savannah inmediatamente lo estiró para mirar sus dibujos y jugar algunos juegos, la señora Rogers siempre se mantuvo cerca de ambos, vigilando como un águila, algo dolió dentro de él, tal vez porque intuía algo malo o porque su madre nunca lo había cuidado así.

El olor a tabaco le hacía sentir tranquilo, Sarah le había dicho muy amablemente que dejara de lastimarse, claro que solo respondió con una simple sonrisa y una mentira típica de él ¿Cómo le decías a alguien que trataste por todos los medios para dejar de autolesionarte? aunque le causó gracia cuando le había amenazado con contarle a su madre... si tan solo supiera que su madre era adicta a ver esas heridas en su piel, incluso si ella misma lo hacía. Steve parecía no querer dejarlo ir al momento de regresar a su casa, Savannah tampoco lo quería, quería que el bonito castaño siguiera jugando con ella. Pero debía irse, Jarvis le había comentado que los señores estaban regresando de la fiesta de aquel aberrante misil, había pedido a Viernes que recopilará todos los datos de los trabajos de su padre, así como sus socios y amigos. Le dio mucha ternura cuando Steve se ofreció a traerlo hasta aquí, no pudo resistirse a esos ojitos azules, pero no solo Steve lo acompaño, si no que Savannah se colgó de los brazos de su hermano para que sea llevada con ellos, la madre no se pudo negar y ambos Rogers lo trajeron hasta su casa, la niña hablaba hasta por los codos contándole sobre cualquier cosa mientras era llevada sobre los hombros de Steve.

Teen IdleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora