Ocho

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Llegamos a un ambiente medieval nocturno. Nuestros atuendos eran según el lugar. Era divertido ver a esos cuatro vestidos como señores feudales y literalmente eran como niños, sólo que algo más educados, pero no menos curiosos.

-Yo no quería venir-suspiro Korn y casi sentí remordimiento por obligarlo.

-Por favor no me deje sola con esos tres- le dije en tono tierno y suplicante- Merlot y Ginebra son muy temperamentales... aún cuando se ven tranquilos, lo sé, fui yo quien los creo. Y en cuento a Whis, bueno él es...

-Sí,comprendo- me dijo Korn viendo a esos tres de reojo- Ahora ¿Dónde está mi padre o la mujer misteriosa?

-Ahi- le dije mirando un carruaje pasar por la adoquinada calle, varios metros más allá- Sí este es su sueño, pues él lo protagoniza y por tanto él es el rey o al menos eso creo.

-Sigamoslo entonces- me dijo Korn.

Seguimos aquel carruaje durante una media hora. Lo vimos salir del pueblo, creo que era un pueblo, tomar una cuesta y descender al bosque seguido de su séquito y los otros que participarían en la cacería. Era una gran caravana, pero para nuestra sorpresa Daishinkan no estaba ahí,vmas descubrimos que el supuesto rey era en realidad una reina de rostro cubierto por una máscara. Entonces Daishinkan estaba en el río, conclui y así lo confirmó Merlot que lo buscó desde el aire. Guiados por él es que llegamos antes de la enmascarada reina a tal lugar y allí estaba Daishinkan, sentado en una piedra con una expresión muy pacífica. Me refiero a una de real paz y no a la que habitualmente tiene. Yo quería observar, pero esos tres tomaron la mejor posición y con sus cuerpos de dos metros no me dejaban ver nada,mas entonces algo más me llamó la atención. No lejos, a la izquierda, habían unas luces similares a fuegos fatuos que se movían entre los árboles y como una polilla escandilada por la luz, la seguí no muy conciente de adonde iba o porque. Caminé varios minutos hasta que, por no prestar, atención resbale por una cuesta y fui a dar a una depresión a medio inundar.

-Tonto Daishinkan, hasta dormido me fastidias-dije en voz baja mientras me levantaba.

Una especie de polvo dorado caía del cielo y levanté la mirada para ver una decena de mariposas azules que revoloteaban sobre mí, haciendo círculos. A esas se les unieron más y pronto termine envuelta en un torbellino de mariposas azules del que no quería salir, pues era tan bello y mágico que me quedé estaciada. Pronto comencé a sentir mucho cansancio y justo cuando mis párpados se cerraban, una mano me sujeto por la ropa y me tiró hacia atrás. Ahí estaba Merlot junto a Ginebra y este cargaba a Whis sobre su hombro izquierdo y a Korn bajo el brazo derecho.

-¿Qué pasó?-les pregunté.

-Al parecer estos dos son muy débiles contra la influencia de la mente del Gran Sacerdote- me dijo Ginebra- Y tal parece caímos en una trampa de él.

Bueno no me sorprendió en los más mínimo, pero si lo hizo ver a Daishinkan aparecer de entre los árboles.

-Buenas noches- nos dijo sereno como de costumbre- No me esperaba tener visitas. Espero comprendan deben retirarse.

-Lo lamento padre sólo tratabamos de...

-De solucionar su problema- interveni interrumpiendo a Ginebra- Esta situación no puede continuar. Si no deja ese estado de somnolencia algo muy malo podría pasar...

-Lea agradezco su preocupación e imaginó que como todos están aquí, debe haber alguien con los Zen Oh Sama -me cuestióno.

-¡Ese es su trabajo!-le dije.

-De hecho es mío- dijo Ginebra- Bueno me comprometí a vigilarles mientras mi padre descansa, sin embargo, estoy de acuerdo con la señorita Salieri. Si no solucionas esto, no dejarás de tener problemas para...

-Déjenme a mi solucionar esto a mi manera-lo interrumpió Daishinkan y pareció un poco molesto- Yo sé que hago, cómo y porqué...

-Pero no puedo quedarme hasta que lo resuelva- le dije mientras Merlot me ayudaba a levantarme.

-Desde luego que no, pero yo no la estoy reteniendo- me dijo- Puede irse cuando guste...

Bueno eso era verdad. Él me pidió ayuda y yo acepté, sin embargo, Daishinkan sabía que después de haber visto a Merlot y Ginebra no me iría tan fácilmente ¿Es qué acaso me retenía indirectamente con ellos? Si podía materializar o dar vida a cualquier cosa mientras estaba en ese estado de somnolencia ¿Por qué sólo ellos dos? ¿Por qué no trajo a Anís o Vodka si de ángeles se trataba? ¿Qué tenían estos dos de diferente a los demás ángeles que he inventado? Me quedé pensando en eso un momento.

-Por favor...Retirense-nos dijo y los saque de ahí.

Volvimos a la habitación del Gran Sacerdote y este abrió los ojos lentamente. Merlot y Ginebra salieron de la habitación despidiéndose de su "padre", lo mismo hicieron Whis y Korn, pero yo me quedé.

-¿Qué sucede?-me preguntó el Gran Sacerdote una vez estuvimos solos.

-Eso es lo que quiero saber- le dije tranquilamente- Sé que está ocultado algo...

-Usted también esconde algo y yo no la presiono para que lo diga - me respondió- ¿A qué le teme, Salieri? ¿A qué sus creaciones no aprueben la forma en que diseño las cosas? ¿Desde cuando quien crea da explociónes a sus obras? Ellos no podrían comprender la complejidad del razonamiento de su creadora, que tuvo que fraguar un auténtico rompecabezas donde cada pieza tenía su lugar preciso para entregar un resultado que dejara a sus lectores totalmente satisfechos, pero más importante que la hiciera a usted admirar su obra y sentirse satisfecha porque el mensaje fue entregado tal cual lo diseño.

-Habla de todo casi como de...

-¿Un dios?- me preguntó- Se lo dije una vez...Es usted una diosa que dispone del destino de sus personajes de la forma mejor para su historia. Así que si, Salieri yo comprendo su tormento, mas no debe olvidar la realidad de las cosas.

-¿Cuál realidad?-le pregunté sin estar segura de a que se refería.

-Espero no vuelva a entrar en mis sueños-me dijo ignorando mi pregunta.

-Eso no se lo puedo prometer-le dije- Yo quiero saber quién de mis lectoras le robó el corazón.

Se sonrió.

-¿Por qué le importa?- me preguntó con un aire un tanto inocente- ¿Esta celosa?

- Por supuesto que no- le dijo cruzando los brazos y el se río divertida- Algo parecido a de sentir no lo niegue... Es usted verdaderamente adorable.

Eso último me lo dijo en un tono que no me quedó claro si fue una broma o un cumplido.

-Bueno, puede seguir intentando averiguarlo si eso la ayuda a estar más tranquila.

-¡No me deja tranquila!-le dije- Sólo creo que tiene relación con sus problemas para dormir y su...

No terminé la frase porque casi me cae algo encima...No sé que rayos era eso, solo sé que era muy grande y feo. Una especie de animal o algo así. Por suerte él mismo me salvó aunque terminé de rodillas sobre su cama, casi en el borde y por poco pierdo el balance.

-¿Cree que puede descubrir a la chica antes de que ellos descubran quien es usted?- me pregunto tomándome de la muñeca para que no cayera.

-¿Por qué siempre vuelve todo una competencia?-le pregunte.

-No lo sé ¿Por qué siempre acepta competir conmigo?- me pregunte

-A veces lo odio...

-¿Y el resto del tiempo?- me preguntó con un tono algo odioso y me fastidio así que me fuí sin decir ni una palabra ¿Celosa yo? Si, como no.

Cuentos para DaishinkanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora