Cuatro

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Me quedé con Daishinkan hasta que se durmió. Una vez lo hizo me retiré. Salí al pasillo esperando volver a mi habitación, pero terminé estrellandome con Ginebra que traía una jarra con alguna bebida que acabo tirada en el piso y en mi ropa.

-Lo siento-me dijo-He estado un poco distraído últimamente.

-Esta bien. No importa- le dije e intenté seguir mí camino.

Su mirada sobre mi atuendo me detuvo. El intentó tocarlo. Me aparté y me miró directamente a los ojos. No pude confrontarlo y aparte mi mirada de la suya.

-Sólo quería limpiar su ropa- me dijo.

-Pensé que....-murmuré y me interrumpí.

-Acompañeme por favor - me pidió con gentileza.

Según Daishinkan ni Ginebra, ni Merlot tenían poder alguno, pero fue tonto asumir que sólo podía limpiar mi ropa con alguna de las facultades naturales de un ángel. Lo seguí por esos pasillos infinitos hasta lo que parecía ser la antesala de un baño, pero la verdad no sabría decir que espacio era ese. De un armario saco unas prendas que me dio para cambiarme y me dijo que podía hacerlo detrás de una biombo que había en el lugar. Lo hice sin temor a que espiara o algo así y al salir me pidió las prendas impregnadas de bebidas.

Después de mi charla con Daishinkan, mirar a los ojos a Ginebra se me hacía más difícil que antes. Supongo que él lo notó porque me preguntó si me sucedía algo.

-Nada -le dije- Solo quiero ir descansar.

-Entiendo ¿Desea que la acompañe? No quiero que se pierda- me dijo amablemente- El Gran Sacerdote me dijo que usted se desorienta fácilmente.

-Un poco sí-murmuré.

Me sentí avergonzada ¿Qué estaba pasando conmigo? ¿Por qué me sentía tan frágil y tan desvalida en su presencia? Mi mente se distrajo y permití que mi diabetes me afectara; me desmayé. Abrí los ojos y lo primero que ví es a Merlot reclinado sobre mi. Me sonrió y explico que pasó.

-¿Dónde está Ginebra?- le pregunté y no supe porque lo hice.

-Esta ocupado...-me respondío justo antes de que un gran estruendo sacudiera el lugar.

Salimos a ver qué pasaba y no muy lejos, en una pila de escombros, encontramos al Gran Sacerdote. Se levantaba con la gracia de un borracho mientras se sacudía la ropa. Fuimos hasta él y Merlot logró sostenerlo antes de que se fuera de bruces al piso.

-¿Qué pasó?- le pregunté.

-Creo que estaba soñando despierto- me dijo Merlot- Aunque no sé porque...

-Necesito dormir- le dijo el Gran Sacerdote y me miró- Por favor...

Lo llevamos a su habitación. Estaba tan extenuado y eso seguía sin enterarme en la cabeza. Me puse a pensar en lo poco que me había dicho desde mi llegada y una vez Merlot nos dejó a solas le dije al gran sacerdote:

-Usted realmente no necesita dormir, solo quiere hacerlo- él me miró serío- Dijo que ha estado leyendo mis libros, bueno en "mi sombra no tiene derecho a la noche" Whis logra dormir voluntariamente, suspendiendo las funciones sensoriales y llevando su cuerpo a un estado de relajación muscular al disminuir su ritmo cardíaco y la pulsación nerviosa. Usted hace lo mismo me atrevo a decir ¿Por qué quiere dormir?

Daishinkan me miró un instante, luego sonrió y se sentó en la cama.

-Me atrapo- exclamó con satisfacción - Tiene razón, quiero dormir.

-¿Por qué?- le pregunté.

-Por la misma razón que Whis en esa historia, señorita Salieri.

Esa respuesta me dejó algo perpleja.

-Cuando se duerme se escapa del dolor y se evita la soledad- dijo en voz baja, como pensando.

-¿Se siente sólo?-me pregunte, pero tras una reflexión le pregunte-¿Tiene que ver con su "amor platónico"?

Daishinkan rio sonoramente y sus ojos se suavisaron un poco.

-Tal vez- me dijo.

-¿No es usted el Gran Sacerdote? ¿Por qué no se lo dice y deja de atormentarse por todo este asunto?-le dije.

-No es tan sencillo-me dijo- Digamos que es algo prácticamente imposible.

-Crei que usted no conocía esa palabra-le dije honestamente.

Me miró fijamente y me pidió le contara una historia. Me pareció bastante extraño que me pidiera eso en medio de la charla, pero lo hice.

"Cuando vuelan murciélagos
por los cielos en la oscuridad
y la luna sobre el panteón
cubre a los que descansan en paz
de una tumba suele asomar
un fantasma que busca el amor
de la hermosa y angelical
joven hija del enterrador.
cuentan que salía a vagar
el cementerio y al anochecer
entre tumbas y bóvedas
marcha en busca de aquella mujer.Añorando aquel corazón
que tenía cuando era un mortal
el fantasma en su decepción
roba flores de algún funeral
antes de que se asome el sol
a la fosa tendrá que volver
y enterrarse con la ilusión
de encontrar a esa hermosa mujer.sueña, sí, desde el cajón
que va una nueva familia a forjar
y en alguna otra dimensión
un pequeño fantasma críar"

-Eso es una canción- señaló el Gran Sacerdote.

No puedo evitar reír. Es que no espere él supiera algo como eso.
Al poco tiempo se durmió. Lo cubrí con la manta y le peine el cabello con la mano. Era tan tierno dormido, todo lo contrario a cuando está despierto. Apoye los brazos en el costado de la cama y me quedé pensando en de quien podría haberse enamorado Daishinkan, pero por más que le di vueltas al asunto no se me ocurrió alguien a su "altura". Tal vez era otra de sus tretas o sólo estaba mintiendo ¿Por qué ? No se me ocurrió una respuesta. Si algo había aprendido de él es que las cosas las hace, siempre, con más de una intención.

Deje la habitación para encontrarme con Whis y Korn, este último dió un paso atrás para crear un campo de energía a su alrededor.

-No voy a golpearlo-le dije un poco ofendida.

-Prefiero tomar precauciones -me respondió.

-Me alegra verla de nuevo, señorita Salieri- me dijo Whis.

-Igualmente- le respondi ignorando a Korn- Si vienes a ver a tu padre, el acaba de dormirse. Creo que sería mejor dejarlo descansar.

-Oh, que lastima-exclamó y suspiro-Bueno volveré otro día.

-¿Venías a verlo por lo que está pasando?- le pregunté.

-Sí, estamos algo preocupados por él. Todo estos acontecimientos pueden ser desastrosos para todos, pero en especial para él Gran Sacerdote- me decía Whis que alzó la vista por encima de mí.

En ese momento aparecieron Merlot y Ginebra. Un escalofrío bajo por mi espalda. No sabía si Whis estaba enterado de lo que estaba pasando y por la forma en que se les quedó viendo me dió la impresión de que no estaba al tanto. Lo miré como diciendo "no digas nada,por favor no digas nada" cuando escuché a Korn decir:

-No son estos los personajes inventados por...-no dijo más, Whis le clavó el extremo de su cetro en el pie-¡Ay lo siento, hermano! No te ví...

Iba a decirle algo más a Korn, pero entonces todo el lugar se sacudió violentamente. La puerta de la habitación de Daishinkan salió volando y un poderoso viento escapo de ahí. Alguien me abrazo, luego caímos o salimos volando. Fue muy rápido todo. Una fuerza nos envolvió y nos arrastró. Me dió la impresión que muy lejos de allí. Cuando abrí los ojos era de noche y estaba al intemperie. Miré el cielo con una enorme luna llena que derramaba su luz sobre un cementerio. Mire debajo de mi y hay estaba Ginebra. Me levanté de un brinco, fue cuando descubrí traía puesto un vestido y el ángel un atuendo muy distinto al habitual. Parecía un caballero del 1800, pero no era el único Whis y Korn aparecieron igual y no tenían sus cetros.

-¿Qué está pasando?-me pregunte en voz alta.

Cuentos para DaishinkanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora