-Creo que estamos en uno de los sueños del Gran Sacerdote- me respondió Whis.Podía sonar descabellado, pero si consideramos lo poderoso que es Daishinkan, tan inverosímil no era. Además la historia que le conté hablaba de un fantasma que buscaba a su amada en el cementerio, así que más plausible se hacia todo ¿Por que estábamos vestidos como personas del 1800? Bueno el me preguntó como me imaginaba esa historia y yo respondí que ambientada en esa época.
Caminé un poco, alejandeme de los ángeles, para ver si encontraba un fantasma o algo así, pero en lugar de eso sentí que me tiraban del vestido y di un pequeño grito acompañado de un salto. Para mi alivio era Zen Oh Sama que quería que lo cargara en brazos, pues dijo que no podía volar. Al oír eso, los ángeles lo intentaron, pero no lo lograron tampoco. Levante a Zen Oh Sama y en seguida el otro me brinco en la espalda. Acababa de llegar junto a Merlot, que venía vestido igual a nosotros.
-Es un alivio encontrarlos- nos dijo- Pensé que sólo habíamos sido nosotros, los arrastrados a este lugar tan extraño.
Korn miro a Merlot y recibió un codazo de parte de Whis. El movimiento fue bastante discreto. Fue Ginebra quien hizo las presentaciones de rigor mientras yo me preguntaba cómo saldriamos de ahí, puesto que ninguno parecía tener sus poderes. Me ignoraban o eso pensé yo así que me encaminé hacia una casa en la colonia más allá del panteón, pues creí ver al Gran Sacerdote en la distancia. Su cabello, mejor dicho su cabeza, es inconfundible.
-Señorita Salieri ¿A dónde va? No es buena idea alejarse. Podría perderse. Quédese aquí por favor- me dijo Ginebra.
-No hace falta, yo la estoy cuidando- le dijo Merlot tomándome del brazo.
Tenía conmigo una actitud algo sobreprotectora y más que todo celosa. Siempre que Ginebra se me aproximaba, Merlot actuaba a la defensiva. No me llamó particularmente la atención, pues esa actitud era parte de su naturaleza. De cualquier forma el comportamiento de ambos me resultaba más que incómodo. A veces pensaba en explicarles todo, pero de sólo imaginar su reacción el estómago se me apretaba. Whis sugirió quedarnos ahí hasta que algo pasara, eso después de preguntarme qué historia le conté a su padre, que ví nos miraba desde una casa cercana.
Tal como decía la historia, el fantasma de un hombre se levantó de una tumba buscando algo, un rato después, pero nuestra atención se fijó en una silueta femenina junto a la de Daishinkan.-¿El Gran Sacerdote esta con una mujer?-cuestiono Korn.
-Asi parece- le dijo Whis -Hay que ir a ver quien es...
-No me parece que sea apropiado espiar en los sueños de Daishinkan- señalo Ginebra- Son asunto de él nada más.
-Pero si esa mujer fuera nuestra madre- comentó Merlot ganándose la atención de todos- A mi me gustaría conocerla.
Korn y Whis me miraron con discreción, yo me sentí algo nerviosa al escuchar eso.
-Ahora que lo pienso... nosostros tampoco- murmuró Korn cuando el codo de Whis se le hundió en el costado.
-Una razón más para ir a ver- exclamó Whis y se encaminó hacia la casa.
-Insisto que es indigno de un ángel andar fisgoniando- declaro Ginebra.
-No seas tan estricto. Los ángeles fisgoneamos todo el tiempo ya sea que lo queramos o no- Señaló Whis.
-¿No es bueno espiar así a la gente?- preguntó Zen Oh Sama del futuro.
-Mmmm, pero nosostros lo hacemos todo el tiempo- dijo el otro que iba trepado a mi espalda.
-Es diferente, ustedes son dioses y bueno en otras circunstancias tampoco podríamos decir que los ángeles están fisgoneando. El problema es que en esta situación...-me interrumpí al ver que Merlot me veía- ¿Sucede algo?- le pregunté.
-¿Le han dicho que tiene un rostro y un tono de voz muy dulce? -me dijo sonriente.
La verdad me lo dicen bastante seguido, pero que me lo dijera él me hizo sentir extraña. Me tendió la mano para que la sujetará. Me dijo que el terreno era inestable y podía caer, además estaba bastante oscuro. Caminamos hasta la casa, donde esos tres estaban pegados a la única ventana, mirando al interior. Yo no veía absolutamente nada, pero los Zen Oh Sama me ayudaron con eso. Admito que me daba curiosidad ver a la mujer que cautivo a Daishinkan. Imaginaba que debía ser alguien como él, tal vez una diosa de alguna índole semejante, pero no me entraba en la cabeza que él estuviera "enamorado" y menos "platonicamente".
Y por si se lo están preguntando no, no vimos a la dichosa mujer porque en ese momento fuimos sorprendidos por un grupo de fantasmas que estaba a nuestras espaldas y no se veían muy amigables. La casa se deshizo y Daishinkan quedó allí con una expresión triste y pasó entre nosotros como si nos viera, para ir a meterse a una tumba como el fantasma de la historia, ahora los otros espectros se nos fueron en cima por lo que tuvimos que huir.
-No se supone que ustedes son los más poderosos de los universos- les dije mientras corria- ¿Por qué huyen?
-Estamos en la mente de nuestro padre. No tenemos poder aquí- me dijo Korn.
"El gran sacerdote es un sujeto muy problemático"
Merlot me levantó en brazos y se elevó, Ginebra hizo lo mismo con los Zen Oh Sama, pero Korn y Whis no podían. La razón es que mis ángeles salieron de la mente del Gran Sacerdote y estaba sujetos a lo que el imaginará de ellos. Eso me hizo hincapié en un punto. Si Daishinkan los materializó por influencia de mis historias debió hacerlos con todo su poder y memoria, en lugar de eso no tenían su poder ni recuerdos. Algo muy conveniente, pues ninguno de ellos lo vería bien si conservará su historia tal como la escribí. Entonces... el Gran Sacerdote me estaba engañando ¡Otra vez!
-¡¡Daishinkan!!-grite con indignación y eso lo despertó.
Salimos disparados contra la pared. Por suerte Merlot logró evitar el impacto. Daishinkan nos miró con algo de extrañeza. Le pedí a mi ángel que me bajara para ir directamente hacia él y tirándole de esas mejillas de niño bonito que tiene le dije:
-¿Qué está tramando ahora?
-No entiendo ¿A que se refiere?- me preguntó mientras yo tiraba de su cara.
-No se haga. Sé muy bien que me está mintiendo...señor Daishinkan.
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Cuentos para Daishinkan
Fiksi Penggemar¿Te has preguntado de que te enamoras realmente? Te lo diré: te enamoras de la idea de... ¿te has preguntado que es un personaje? Te lo diré: una idea. ¿Te has preguntado si una idea puede amarte?