Once

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Miré a Merlot y se veía bastante serío, hasta tenía el ceño fruncido.

-¿Qué sucede?-le pregunté tranquila, aunque algo confundida con su animo.

-Me gustaría que continuaremos nuestra charla...

Sentí algo bajar por mi espalda y me quedé sin palabras recordado lo que casi pasa sino es porque llega el Gran Sacerdote.

-Claro, pero ¿Podría ser después? Es que ahora estoy hablando algo importante con Zamasu ¿Verdad?

Él me miró arqueando una ceja y tras unos breves segundos asintió dubitativamente. Miré a Merlot y su mirada era gélida como el corazón de un glaciar, pero no puso objeción.

-Busqueme cuando haya terminado con...

-Zamasu, su nombre es Zamasu
-dije esperando cortar ese ambiente de "no me agradas y tú a mí tampoco".

-Busqueme cuando haya terminado su charla con el señor Zamasu-me dijo y se retiró.

Suspiré aliviada y continúe la caminata a ninguna parte porque la verdad ni se a donde iba. Yo solo leía mientras caminaba por esos pasillos de columnas flotantes que no parecían tener un fin.

-Asi que le gustas a Merlot-dijo Zamasu mirándome con simpatía-Es algo bastante extraño creo ¿Sabe que tú lo creaste? 

-No, no sé como debería decirlo o como él lo vaya a tomar- confesé- Y eso me asusta...

-Te asusta el rechazo- declaró Zamasu con seguridad- Temes que tus creaciones te vean como una tirana que los creo con un sólo objetivo y les determinó cada acción para lograr hechar a andar la máquina de tu historia...

"Ni yo lo hubiera dicho mejor"

-Sí, exactamente eso-le dije en voz baja.

-Eres una persona fácil de leer, Salieri y demasiado sensible, dejas que todo te afecte y en todo te involucras-me dijo sonriente.

No hice cometarios respecto a eso y me dediqué a leer nada más. Mi primera idea fue: "quiere llenar sus páginas en blanco", pero a medida que fui leyendo esos fragmentos de texto, con mayor atención, descarte por completo esa idea. Aquellas palabras daban descripciones de él o su "él en la historia" así también daban ideas suyas de lo que supuestamente pensaba en esas dichas situaciones. Muchas no encajaban con su persona, otras si;mas todas hablaban de lo mismo: "amor". Pensé Entonces que tal vez buscaba una forma de expresar lo que sentía a esa persona de una forma más "humana", pero mi hipótesis no me convencía.

-Salieri-me llamó Zamasu-
¿Salieri,me estas escuchando?

-Lo lamento... estaba pensando- le dije mientras hacía un alto en la caminata.

-¿En el asunto romántico de Daishinkan? Pues más vale que lo resuelvas pronto porque así como me sello en esa espada,
puede llegar a hacer algo mucho más peligroso a alguien mucho más importante-me advirtió.

-¿Por qué no lo resuelve él?- exclamé algo molesta.

-Los ángeles son seres muy complejos, Salieri y Daishinkan es uno de ellos- me dijo Zamasu poniendo su mano en mi hombro.

Se despidió y me dejó allí en ese balcón, al que habíamos llegado. Todo este asunto se me hacía más y más intrincado. No entendía como calzaba todo. Tenía piezas de rompecabezas dispersas. Dispersas como dijo Daishinkan. Repase todo lo que sabía hasta entonces y tenía esto:

1.Daishinkan no podía dormir y culpaba a mis historias, pero leía muchas otras.

2.Culpaba las mías porque en ellas se asomaba una persona especial para él.

Cuentos para DaishinkanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora