°•●Oneshots Kimetsu no Yaiba (Yaoi)●•° [EN EDICIÓN]

■¿Necesitas un ocaso, amapola tardía? (SabitoxGiyuu)■

hola a todos!

Este minific es un poquito serio, una trama enrevesada que se irá desarrollando con el tiempo. No sera demasiado largo, I hope :U

No quiero explicarlo, espero que lo entienda chicos, pero si necesito cambiarle el titulo porque que no encuentro uno adecuado u- u. Ayudenme please.

Bueno,

Que sea de su gusto preciosas criaturitas del mal U w U )

Disfruten♡

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El caleidoscopio que conformaba las fracciones de luz le punzaba cual agujas en su sien obstruyéndole el intento de merecido descanso.

La sala de su apartamento no tenía cortinas tan oscuras como para aplacar la brillante tarde que hacía esplendorosa afuera de sus ventanales, y sus manos a duras penas lo separaban de esa escena perfecta de comercial de media tarde de mal gusto para el bruno.

Se volteó bruscamente en ese incomodo sofá blanco que ocupaba justo todo su cuerpo estirado, esperando a que los minutos pasaran rápido y así conciliar el ansiado sueño que lo liberaría de su suplicio inherente.

—Maldita sea...

Giyuu estaba hasta la coronilla de esos dolores de cabezas que aparecieron hace unos días, jaquecas que iniciaron después de recibir en su buzón del correo la próxima reunión de egresados de su antigua universidad. Una carta de lo más cotidiana que afectó de modo ínfimo su postura de ermitaño, encerrándose de nuevo en su hogar sin verificar la lista de participantes presentes en tal evento. No tenía la mínima de curiosidad en saber sobre una mentada reunión que le recordaba a sus antiguos años de estudio como rata de biblioteca, muchas gracias.

Lo colocó debajo del mueble en donde guardaba todos los documentos que no eran importantes, y él cual se olvidaría al cabo de una semana. No merecía más de su valioso tiempo. El problema llegó, en cambio, cuando distinguió la letra ilegible que distraía la estética del documento, si puede echarle culpas a algo a su dolor.

Desde ese especifico momento inició todo su calvario.

Al inicio solo eran pequeños calambres en los músculos oculares que presintió producto de un mal sueño, o por mantener el ceño fruncido por el excesivo trabajo, quién sabe. Pero al rato; aumentaron hasta dejarlo casi inconsciente por unos minutos, varias veces al día, eran cefaleas tan intensas que lo obligaban a recostarse en el lugar que estuviera, a veces en el mismo suelo para evitar caer y terminar con peores secuelas.

Se estaba volviendo loco, lo reconocía, su inconsciente comenzó a controlar sus comandos, induciéndolo a un estado casi hipnótico, perdiéndose en una amalgama de colores absorbidos por la negritud de sus parpados cerrados. Tenía el miedo de quedar encerrado en uno de esos episodios y no volver a despertar, porque no podría terminar su trabajo y Shinobu lo mataría por completo. Un suceso predecible de su estricta jefa y amiga. Sin embargo, este es el más fuerte que ha tenido hasta ahora, ya no puede evitar jadear por el intenso dolor, descolocándose y apretando con furia sus cabellos para que sus nervios reaccionaran a otra cosa distinta a la enfermedad.

«¿Qué significa esto?»

Su mente tiembla, oscura y brillante a la vez por destellos de luz, siendo ataviaba de visiones inexistentes, visiones de bellos parajes que en su vida ha alcanzado a observar; untando de experiencias y agrios sabores que son insulsos a su acostumbrado gusto, golpes que nunca llegaron a dejarle marca, pero los sentía demasiado reales para aquejarse, prácticas de un estilo de combate que no reconocía a primeras pero que instintivamente comprendía como una parte más de él.