■¿Necesitas un ocaso, amapola tardía? (SabitoxGiyuu)(3° parte)■

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Hey, ¡Hola!

Regresé de mi jornada en la U. No puedo estar más contenta, lo ví muy dificil esta vez pero se pudo muchachos, se pudo ; w ; )

Perdonen por haberme perdido tanto tiempo, ese preciada magnitud fisica que casí no tengo por pendeja, soy una persona que necesita estar 100% en algo o sino no me sale nada. Gomen.

u.u )

Si alguién aún se interesa en mis shots, os dejo esto por acá y me voy a disfrutar de mis merecidisimas vacaciones. I need them -cry in Quarentena-

Y muchas gracias a los lectores, es increible a lo que ha llegado este sitio, admito que ya me da vainita mirar XD.

Advertencia:
Escenas fuertes y mucho dolor de por medio del pobre Bb Giyuu, no es mi intención, no, bueno si (?).

Espero que les guste :3

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Las embestidas eran duras, secas y dominadoras.

La intrusión del otro cuerpo lo aproximada a la peor sensación del mundo, tan siquiera podía ignorar el más mínimo movimiento entre sus entrañas, sentía que lo estaban desgarrando por dentro. Sin embargo, nada lo desconcentraba de la ilusión de hacerlo con... - ¿Quién era? - No estaba seguro de ello, en lo absoluto.

Mientras intentaba en flashes que su juicio decidiera por él y detener este horrible suceso, cada pensamiento se detenía al observar la cara de su pareja. Esa maldita cara que lo llevaba al cielo con solo sus gruñidos profundos.

El estado de su cuerpo se desfallecía ante cada estocada, cada vez más fuerte y salvaje, dejando resentido su entrada de un modo inimaginable; y causando laceraciones que la dopamina aminoraba a duras penas.

Esto rayaba por encima de todo lo que significaba su persona, llevaba los dedos tan tensionados que estaban quedando de un color blanco lechoso a un azul claro. Poco a poco la posición le estaba atrofiando las piernas, pero su voluntad, negada y despiadada, le incentivaba a seguir adelante, casi deseando ser inseminado por el desconocido.

No podía lloriquear, si lo hacía seguro Sabito se aburriría de él, y se iría sin mediar palabra. -¿Se llamaba Sabito?- No recuerda haberle preguntado nada después del encuentro, solo se centró en sus besos, en su garganta, en su grave voz, y en las ansiosas manos que toqueteaban sin trémulo sus nalgas.

Estaba contrariado, sin duda lo abandonaría como siempre -¿Siempre fue así? Estaba enloqueciendo-. En sentido lógico, como no irse si solo eran dos extraños compartiendo cama por una noche. Pero, -en primer lugar ni lo conocía para pedir siquiera su número ¿cierto?-

Tampoco es que fuera muy experimentado para tales situaciones -a quien engaña, era virgen-... pero ya no.

Y estaba dolorosamente feliz por ello.

Las lágrimas comenzaron a borbotar por sus ojos; en la negritud del cuarto solo lograba escuchar la voz exasperada del recién conocido Sabito venirse de nuevo dentro de él; despertando sensaciones a un licuado de mariposas calientes en su vientre, mezclados con la anestesia de terminar con el suplicio del acto sexual.

Estaba tan enrarecido con su propio cuerpo, tan abierto y dejado a la deriva por un mar de sensaciones que jamás deseó experimentar, que no logró escuchar las palabras que se deshacían en su oído. Ni tampoco en esos gruesos brazos que lo envolvían en una nueva posición, como si no pesara, y solo fuera un objeto demás.

°•●Oneshots Kimetsu no Yaiba (Yaoi)●•° [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora