Preticor

Stephanie Rogers

—¿Y bien?

Tony levantó la vista de los planos que tenía en su mesa, para ver a una mujer de cabellos rojos y pecas remarcadas.

—¿Y bien qué? —Preguntó de regreso.

—¿Quién es está vez?

Anthony no entendía a que quería llegar Pepper.

—No entiendo.

—¿Quién es tu nueva conquista? —Virginia se sentó enfrente de él—. James piensa que estás  viendo a una mujer, y yo también lo creo.

—Por favor Pepper.

—Te vas más temprano pero llegas tarde a clases, andas en las nubes y desapareces en el almuerzo. —Potts alzó una ceja—. Sabemos que tu fama no es precisamente especulación.

—Ya, entiendo. —El castaño rodó los ojos—. Aunque no lo creas, está vez es diferente.

—Espera... ¿Tu pene dentro de los pantalones? —Se burló la chica—. De acuerdo ¿Quién eres tú y que le hiciste a Tony?

—Vamos Pepper, no todo es sexo. —Dijo indignado.

La mirada de la pelirroja era un rotundo "Contigo todo es sexo".

—Bien, fingiré que te creo. —La joven le sonrió confidente— ¿Es la tal Stephanie Rogers?

El genio suspiró. Sería más difícil de explicar.

—Si, es ella.

Pepper silvó.

—Debe ser un bombón para que digas que está vez es diferente.

Anthony sonrió.

—Es única Pepps, diferente a todas. —El castaño suspiró cuál colegiala—. Pero, sólo somos amigos.

Potts parpadeó varias veces, ¿Tony amigo de una mujer?

—Wow, ahora puedo decir que lo he visto todo.

—Eres cruel Potts.

La chica soltó una pequeña carcajada.

—Presentamela. —Propuso la amiga del castaño—. Tengo que conocer a esa chica.

Tony asintió. Claro que la tenía que conocer.

Las campanas sonaron de manera estridente. Todos los alumnos bajaban en avalanchas por el almuerzo. Era una Guerra campal.

—Esta vez no te me escapas. —Pepper tomó la mano de Anthony y lo jaló hacia ella—. Quiero ser la madrina de la boda.

—¿Que dices? Ella me ve como un amigo. —Tampoco es que Anthony le haya dicho que le gustaba, la espantaría—. No hables de más, Potts.

—Tranquilo, Stark.

Ambos avanzaron entre las personas, buscando a la afortunada y misteriosa chica.

Tony miraba por todos lados; Pepper le ayudaría, pero no conocía la apariencia de Stephanie.

—Oh ¡Steph! —Vio como Anthony alzó su mano libre y sonreía grande, feliz, sin mentiras.

Pepper se sorprendió.

—¡Tony!

Una chica más baja que ellos, delgada, cabellos rubios y ojos azules lo saludo de igual manera. Virginia no dejaba de verla, ¿Ella era Stephanie Rogers?

Era bonita, pero no como la imagino. Era de otro estándar, no como las mujeres que veía a menudo en la cama del Stark.

Esas parecían artificiales, huecas, interesadas... Pero Rogers...

Era sencilla.

—¿Quieres algo? —Ofreció el castaño en cuanto estuvieron frente a frente.

Para Pepper no pasó desapercibido como Stephanie miraba sus manos juntas.

—... No, gracias. —La rubia le dirigió una mirada firme. Potts se estaba llevando muchas sorpresas.

—Ah. —Anthony alzó sus manos juntas—. Ella es Virginia Potts. Quería conocerte.

Pepper sonrió y le tendió la otra mano. Rogers la estrecho con fuerza.

¿Le estaba declarando la guerra?

—Stephanie Rogers. —Era pequeña, pero aterradora cuando quería. Pepper conmenzaba a estimarla.

—Mucho gusto. Tony me a hablado mucho de ti. —Estaba encantada.

—Ah. —La mujer miró de nuevo sus manos—. No me dijiste que tenías novia. —Dijo dirigiéndose está vez al joven.

Tony negó inmediatamente.

—No, Steph, yo... —El castaño alzó sus manos—. Ella es mi mejor amiga, mi...

—Soy casi como su hermana. —Pepper se encargó de aclarar la situación.

Casi suelta la carcajada cuando los pequeños y delgados hombros de Stephanie se relajaron.

—Oh, yo, no... —Y ahora parecía otra persona. Una más indefensa y hasta tierna.

Una caja de sorpresas.

—Tranquila, no pasa nada. —Virginia le sonrió sinceramente.

Stark deshizo el agarre lento, disimuladamente. Pepper se hubiera ofendido si la situación no le divertiera.

—Aun así lo siento. —Se siguió disculpando.

Virginia miró hacia Tony. Sus ojos parecía sólo detectar la figura de la chica.

Sonrió.

—No, no tienes que hacerlo. —La pelirroja tomó las manos de Steph—. Es un gusto conocer a la novia de Tony.

Las mejillas de Rogers se calentaron, dándole una apariencia más joven.

—No, yo... Soy sólo su amiga.

Pepper miró al castaño. Éste no negó nada.

—Espero que eso cambie. —Le susurró, causando que a la chica casi le diera algo ahí—. Fue todo un placer, espero nos volvamos a ver.

Contenta, abrazo el delgado cuerpo.

—I-igualmente. —Respondió Stephanie.

—Tony. —El castaño apenas y le dirigió la mirada—. No quiero que te saltes la clase.

El genio pareció reaccionar ante esas palabras.

—Pero...

—¿Te saltas las clases? —Escucho la voz incrédula de Rogers.

—No. —La cara de Tony lo delataba.

—Anthony. —La chica rubia lo tomó de las mejillas e hizo que la mirará fijamente—. Quiero que entres a las clases.

El castaño abrió la boca; Pepper juraría que era para quejarse.

—De acuerdo.

Domado, así estaba Stark.

Virginia, con miedo, vio como la rubia le regalaba una sonrisa dulce.

Desde ese día, era difícil que Anthony no entrará a clases.