Una pequeña Stephanie Rogers encuentra el amor.
[Stony] [Fem Steve]
•Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Marvel.
•Contenido adulto.
•Portada: (fuente) Pinterest. Yo sólo la edite.
Luego de intercambiar números, de que Tony se escapara antes de que Bucky llegará e inventar una excusa del por qué tenía un enorme pastel en el refrigerador, todo volvía a la normalidad.
Esa noche, Stephanie no pudo dormir; era bastante la emoción.
El domingo, por la mañana, no espero ver un mensaje de Tony deseándole un buen día.
Lo leyó 10 veces, y esas 10 veces no lo creyó.
Con nervios, respondió un corto (y tal vez) un seco "Buenos días".
Habia sido todo un logró.
—¡Steph! —Escuchó el gritó de Bucky— ¡Ya está el desayuno!
—¡Voy!
Un mensaje nuevo le llegó. Fue una respuesta rápida.
Tony estaba dispuesto a hacerle plática.
Todo el desayuno se la paso hablando con el castaño; éste le preguntaba cómo estaba, qué hacía, incluso le contaba chistes malísimos que hacían reír a Steph.
—¿Tú con celular en mano? —James la miraba con sospecha.
La rubia carraspeo.
—Lo siento.
—No, no te preocupes, es sólo que... Es raro. —Y Bucky ya no tocó el tema.
Todo el día se la paso hablando con Anthony. Era increíble, la plática surgía con más facilidad.
Tony le estaba callando la boca, le estaba demostrando que su fama no tenía fundamentos, y estaba feliz por eso.
La sonrisa en su cara no podía borrarse.
—Esa sonrisa no la había visto. —Barnes la miró feliz—. Dile al tipo con el que pláticas que lo felicito, pero eso sí, si se pasa de listo lo mataré.
La rubia se sonrojo ¿Cómo estaba sonriendo?
—¡Bucky!
—Ya, ya.
Por primera vez en su vida, se durmió hasta tarde.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El día lunes, Stephanie se sentía más cansada de lo normal. No debió dormirse tan tarde.
—¿Estás bien? —Bucky le tomo la temperatura. Ella asintió—. Si pasa algo, llámame o dile a Nat que lo haga ¿De acuerdo?
—Si, Bucky.
—Paso por ti en la salida.
Y como todos los días, Rogers se dirigió a su salón por separado.
—¡Steph!
Miró a sus espaldas encontrándose a Anthony. Éste, como siempre, le sonreía animado.
—H-hola. —¿Qué había sido eso?
—¿Quieres que te acompañe?
Todos a su alrededor comenzaron a susurrar. Stephanie estaba entrando en pánico.
—Vamos. —Tony la tomó de la mano y la alejó del bullicio.
Rogers se sonrojo hasta la orejas. La mano de Stark era cálida, muy cálida.
—G-gracias. —La rubia bajo la mirada, se sentía tan nerviosa.
—Steph. —El castaño la miró con una sonrisa apenada— ¿Dónde es tu salón?
La chica miró los pasillos. Estaban muy lejos del salón.
Sin poderlo controlar, se empezó a reír. Anthony la siguió.
—Es por allá.
Y con una valentía que no conocía, jalo de la mano del castaño y la tomó con fuerza, guiándolo entre los pasillos.