Si bien era cierto que Stephanie le pidió ayuda al castaño, no podía evitar sentirse extraña en esa situación.
El gran jardín de la mansión Stark la intimidaba. Ni hablar del interior.
Ver un cuadro que costaba más que la pieza donde vivían, era abrumador.
—Steph... —El rostro de Tony se mantenía cerca, muy cerca— ¿Estás bien?
—S-si. —No, no estaba nada bien. El estrés y la incomodidad la hacían sentir mareada y con náuseas.
Stark le sonrió grande, burlón, diciéndole con la mirada que no le creía nada.
—Podemos ir a otro lado. —Propusó el joven.
Jarvis, un hombre alto, de porte elegante y lengua refinada, los miraba atento, dispuesto a seguirlos a donde sea que fueran.
—No, yo, estoy bien. —Rogers, tomó la mano del castaño y le sonrió avergonzada—. Sólo estoy estresada. No puedo perder la beca.
—Y no lo harás. —Anthony le regreso la caricia—. Soy el mejor maestro.
Caricias como esas ya eran normales en ellos.
Ambos se sonrieron.
Física no era la materia de Stephanie, ni matemáticas, ni química, mucho menos laboratorio.
Ella era más de historia, literatura, arte.
Suspiró recordando como el pincel resbalaba en el lienzo creando un rostro, un animal, un objeto, un escenario completo. Cualquier cosa era hermoso.
—¿Tengo que ponerme celoso? —Tony la miro con una ceja arriba y verdaderamente serio.
Ella comenzó a reír.
—Sólo de un pincel y un lienzo.
Stark pareció más tranquilo.
—Así qué es verdad. —Dijo más para él, que para ella—. Lo tuyo es el arte.
—Me encanta. —Los ojos azules de Rogers brillaron—. No soy la mejor, pero...
—Me gustaría juzgar eso. —Dijo Tony, sabiendo de ante mano que Stephanie sería la mejor en ello.
La pequeña mujer bajo la mirada. Nunca había compartido sus dibujos con nadie.
Ni siquiera Bucky podía verlos.
—¿Steph?
—¿De verdad te gustaría verlos? —Preguntó insegura la rubia.
El genio asintió. Claro que quería verlos, quería conocer aun más de Steph. Quería ser egoísta y ver todos los rincones de la mujer dentro suyo. Él y sólo él.
Stephanie suspiró.
—Te los enseñaré. —Dijo—. Pero con una condición.
—¿Cuál? —Tony sonrió pícaro— ¿Un beso?
Las mejillas de Rogers se calentaron. El color incluso llegó a sus orejas.
—¡Tony!
—Ya, ya, era broma. —Tal vez no.
La chica se aclaró la garganta.
—Sé mi modelo. —Condicionó finalmente Rogers.
Anthony fingiria que su corazón no dio un salto en su pecho.
ESTÁS LEYENDO
Preticor
FanfictionUna pequeña Stephanie Rogers encuentra el amor. [Stony] [Fem Steve] •Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Marvel. •Contenido adulto. •Portada: (fuente) Pinterest. Yo sólo la edite.