Preticor

Enamorada

Stephanie estaba enamorada de esos ojos oscuros y pestañas tupidas.

En realidad, estaba enamorada de todo él. De Anthony Stark.

—¿Está quedando bien? —La sonrisa del castaño no dejaba de abrumarla. Era hermosa.

—Claro, me estoy esforzando en él.

Habían pasado algunos días desde aquel incidente. Tony no había comentado nada, seguramente para no incomodarla y sólo le preguntaba por el retrato.

Steph se lo agradecía.

—Oye, claro que se verá bien. Soy yo. —Ambos rieron ante las palabras del genio.

El almuerzo ahora era un ritual para ellos. Tony se escapaba de sus amigos y Stephanie lo esperaba detrás de las aulas.

Disfrutaban de compartir su comida.

—Adelgazaste. —Comentó de repente la chica.

El castaño tenso la mandíbula.

—Bueno, no he comido bien estos últimos días. —Admitió mirando el suelo—. He tenido algunos problemas.

Rogers se enderezó y lo miro con preocupación.

—¿Estás bien?

Tony la miró por un momento, pensando en sus siguientes palabras. Tal vez no le diría las razones de su malestar.

Stephanie no lo presionaría.

—Tony, si no quieres decírmelo...

—Discutí con Howard. —Dijo, interrumpiendo sus palabras—. Mi padre, él... —El castaño soltó un suspiro y se llevó las manos a la cabeza, despeinado su cabello—, no tenemos las mismas ideas. Eso es todo.

La joven no pregunto más. Anthony no le estaba diciendo todo.

Dejando esa pequeña incomodidad en su pecho, se acercó al genio y lo abrazo.

Sus brazos se aferraban a los del chico.

—No voy a dejarte solo. —Susurró la pequeña mujer—. Nunca.

Sintió el cuerpo de Anthony relajarse, dejándose arrullar por el calor que ella le podía brindar.

—Gracias Steph. —Tony hizo que los brazos de la chica rodearan su cintura para que él pudiera abrazarla por los hombros.

Stephanie no podía sentirse mejor que en ese momento.

Ella estaba enamorada de Tony... Pero era muy cobarde para decirlo.

—¿Te has enamorado Steph? —La pregunta hizo que su corazón palpitara el triple de rápido.

Escondió su mirada, como si esta pudiera delatarla.

—Si.

El cuerpo de Tony se desprendió del suyo y los ojos del chico la miraron con sorpresa.

—¿Si? —Stark parecía crédulo— ¿De quién?

Rogers le sonrió misteriosa.

—Es un secreto.

Si, Tony era demasiado para ella.