Preticor

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Stephanie sabía que Tony le ocultaba algo, y por su comportamiento, era algo serio.

Suspiró abatida, mientras miraba su mensaje.

Tony 💙: "Estoy bien, no es nada."

Frío, seco, sin más detalles. Le preocupaba la situación.

Dejó el celular en la mesa y se dedicó a pensar. Tal vez si hubiera insistido, el castaño le habría dicho la razón de su disgusto. Dudaba mucho que estuviera molesto con ella, pues a pesar de su mal humor, siempre tenía una sonrisa para regalarle. Tony estaba molesto con él mismo.

Y Rogers no sabía por qué.

—¿Mal de amores? —La voz de Natasha la sobresalto.

La novia de su amigo, mantenía una sonrisa pícara y feliz.

—No, yo...

—Steph ¿Crees que puedes engañarme? —Interrogó la mujer con una ceja arriba.

La rubia se dijo que no. Si había alguien en el mundo a quien no se le podía mentir, esa era a Natasha Romanoff.

—Y bien ¿Quién es el afortunado? —La pelirroja se sentó en el sofá, a su lado y la miró fijamente— ¿Es alto? ¿Bajo? ¿Idiota? ¿Nerd?

Romanoff se divertía a sus costillas.

—Es Anthony Edward Stark.

—Ahhh, Stark. —La sonrisa de Natasha se borró conforme procesaba la información— ¿Stark?

Steph asintió algo avergonzada.

La mujer a su lado no podía creer lo que escuchaba. ¿Stark? ¿El mismo que Steph dijo odiar en un antaño?

—Espera, no tú...

—Lo juzgue mal. —Admitió la rubia, bajando la mirada. Realmente se dejó llevar por lo que los demás decían y estaba arrepentida por ello.

Tony era dulce, algo arisco, pero lindo y tierno. Se esforzaba por parecer duro, pero tenía un gran corazón. Era inteligente (un genio en realidad) pero no hacía menos a los demás, y apesar de tener millones, era humilde, casi rayando a lo derrochador.

—Wow. —Romanoff pensó la situación.

Stephanie y Tony... Tony y Stephanie.

—¿No estás molesta?

—No, yo, Steph... —La chica la miró finalmente—. Sólo algo preocupada.

Rogers entendía el por qué.

—Yo también lo estaba.

Ambas se miraron por un segundo, para después reír bajo.

—Bucky lo matará. —Dijo por fin la pelirroja.

—Espero que no. —La pequeña mujer sonrió— ¿Se lo dirás?

—No puedo hacer eso, Steph. —Romanoff tomó las frías manos de la rubia—. Tú tienes que decírselo.

Rogers asintió. No esperaba menos de Nat.

—¿Te desagrada?

—No, bueno, es un idiota a veces, pero no creo que sea mala persona. —Concluyó la novia de James.

Stephanie se sentía más tranquila. Si Nat estaba de su lado, tenía las de ganar.

—Se lo diré... En estos días. —Aseguró la chica.

El sonido de la puerta interrumpió la plática de las féminas. James traía una sonrisa enorme.

—Amor. —Bucky beso a la pelirroja y después a la rubia en la frente. Ambas se quedaron extrañadas ante la actitud del joven— ¡Steph, tengo excelentes noticias!

La chica de ojos azules frunció el ceño extrañada.

—¿Qué...?

—Ya que el Doctor Erskine es intimo amigo del general Phillips... —Barnes aspiró con fuerza y por fin soltó la bomba—. Abraham dijo que él mismo se encargará de enlistarnos.

Stephanie sentía su corazón más lento.

—Entonces...

—¡Nos vamos al ejercito!

Mierda.