Promesas

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Stephanie se sentía ridícula con ese vestido enorme. Su cuerpo era demasiado delgado para resaltar lo bonito de dicha prenda. Incluso se sentía intimidada.

Sentía que todo mundo la miraba, y tal vez, no estaba lejos de la realidad.

Bajo la mirada y decidió que ver el suelo era mucho mejor que enfrentar las miradas burdas de los jóvenes que pasaban.

Estaba tan concentraba en ver sus zapatos, que jamás sintió la presencia de Tony, no hasta que éste interrumpió su importante visión con una gran ramo de flores. Crisantemos.

—Pense que las rosas eran bastante comunes. —Y ciertamente, el castaño no quería darle algo tan usado.

La rubia sonrió avergonzada, mientras tomaba el gran ramo de flores. Eran bonitas, perfectas, tan distintas.

—Gracias Tony.

—Te ves hermosa. —Halago el genio. Estaba encantado con la visión que tenía. Rogers con vestido era adorable.

—Mentiroso. —Steph negó. Se veía ridícula.

Un beso en su mejilla la hizo alzar la mirada.

La sonrisa de Tony alteró su delicado corazón. Había algo en esa sonrisa que la hacía tan adictiva. Stephanie quería verla siempre.

—¿Nos vamos? La función va a comenzar. —Lejos de ir al cine, Tony pensó que era mejor ir a un teatro. Stephanie era una mujer que apreciaba el arte, algo prácticamente a la antigua. Y eso le encantaba al Stark.

Ver la mirada ilusionada de la rubia fue un goce completo para Tony. Las mariposas en su estómago no paraban de revolotear furiosas, recordándole que estaba enamorado de esa mujer.

Sencilla, valiente, testaruda pero tierna.

Rogers, por el contrario, sentía todo esto como una triste despedida. Quería disfrutar hasta el último segundo.

—Tony, fue fantástico, la manera en que se movían, las expresiones de su rostro...

El castaño no hacía más que sonreírle y darle la razón o en dado caso, dar un opinión más.

Steph se dejó guiar por el chico. Luego de la función, ambos fueron a comer en un lugar lo bastante cómodo para platicar.

La comida italiana jamás había sido tan deliciosa.

—¿Así son normalmente tus citas? —Preguntó realmente curiosa.

—Está es mi primera cita. —Respondió el castaño restándole importancia.

La chica abrió los ojos sorprendida. De cierta manera, se sintió especial por ese hecho.

Ambos sonrieron para el otro, para continuar con su recorrido.

Después de la comida, Steph le dijo que quería caminar por el parque, respirar el aire fresco en ese lugar.

—Gracias Tony. —La joven bajo la mirada—. Todo fue hermoso.

El genio paró el paso, haciendo que Stephanie también lo hiciera.

—Steph... —Tony la miró fijamente—. Yo... Esa vez no te dije todo.

La rubia lo sabía. Sabía que Anthony escondía algo, pero no quiso presionarlo.

—No tienes que decírmelo.

—Quiero hacerlo. —Stark dio los pasos suficientes para cerrar la distancia—. Yo también me voy.

La chica no se espero dicha noticia. Su pecho dolió.

Sí la posibilidad de encontrarse después era mínima, ahora...

—Howard me enviara a un internado. —Steph se hundía cada vez más en su lugar—. La institución no es suficiente.

Rogers sintió sus ojos arder.

—Tony...

—Lamento no habertelo dicho. —Los brazos del castaño rodearon el cuerpo de la pequeña mujer—. Tenía miedo.

Stephanie se aferró también al genio.

Al final, si era la despedida.

—No tienes que disculparte. —Susurró la mujer de cabellos claros.

Tony tomó la distancia suficiente para mirarla fijamente.

Steph podía suspirar por los ojos de Anthony.

Sin decir palabra, continuaron caminando, con la diferencia de que está vez, se tomaban de las manos.

Inconciente o no, ninguno se soltaba.

Rogers quería guardar cada segundo en su memoria. No quedaba mucho tiempo, los días avanzaban con velocidad , y estaba completamente segura, de que cuando menos se lo esperara, tendría que ver a Tony irse.

Y ella igual.

—Oye Steph...

La voz de Anthony la trajo de regreso a la realidad.

—¿Sí?

—Voy a buscarte. —Dijo Stark seguro, sin ninguna pizca de engaño—. Juro que te encontraré.

Los ojos de ambos se miraron.

—Tony...

—Y cuando lo haga... No te dejare ir.

La pequeña chica sonrió ante sus palabras— ¿Acaso estás insinuando algo?

—Cuando nos volvamos a ver... Te lo diré con todas sus letras. —Condicionó.

Rogers asintió de acuerdo.

Ella también lo buscaría, y cuando volviera a verlo, le diría cuánto lo amaba.

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