she knew | marcelo michelli

Capítulo Tres.

Desperté temprano por causa del frío que comencé a sentir. Se puede decir que no soy una persona de buen dormir y bueno.. al parecer tiré todas mis sábanas y acolchados al suelo mientras dormía, por esa razón me estaba congelando. Casi sin energías para moverme, recogí cada una de las sábanas y acolchados que se encontraban en el suelo y cuando pensé en retomar mi sueño, el despertador de Megan comenzó a sonar más fuerte de lo usual.

Tapé mi cabeza con una de las almohadas y la presioné contra mis oídos para dejar de escuchar el despertador pero cuando cerré mis ojos, la luz de la habitación se encendió. Jade, estaba parada en la puerta de mi habitación, con el cabello totalmente despeinado y su mejor cada de dormida. Mi pregunta era, ¿Qué demonios hacía aquí temprano?. Es decir, ella nunca se levanta hasta quince minutos antes de que las clases comiencen.

— ¿Megan le aumentó el volumen a esa cosa? — indagó de mal humor. No hice más que encogerme de hombros. Realmente no sabía — Sumergiré esa cosa en agua.

Jade caminó hacia la mesa de noche que compartía con Megan, tomó el despertador aún sonando y a los pocos minutos que salió de mi habitación, el aparato dejó de sonar. No mentía cuando decía que iba a ahogarlo. Fue una corta vida para el despertador, apenas duró 3 días, debido a que al anterior lo arrojé contra la pared mientras que peleaba con Marcelo. Larga historia.

Hice otro intento de retomar el sueño pero luego Megan se levantó, comenzó a hacer ruido en toda la habitación, Jade también vino a hacer ruido a la habitación y ni aunque lo haya intentado y deseado con toda mi vida, no pude retomar el sueño. Ni siquiera por cinco minutos. Creo que directamente, no pude cerrar ni los ojos por causa de la luz que chocaba contra estos.

Ya totalmente rendida, me destapé y salí de la cama, arrastrando mis pies hacia el baño. Luego de hacer mis necesidades diarias, cepillé mis dientes y mi cabello y abandoné el baño. Pensé en ducharme pero hacia demasiado frío por lo que decidí ducharme cuando regrese de mis clases. De todos modos, me había duchado la noche anterior. Soy un asco, lo sé.

Aún arrastrando mis pies, fui hacia la planta baja del apartamento para poder desayunar algo y en cuanto estaba por irme a sentar al sillón con mi tazón de cereales, el timbre sonó. ¿Quién sería a estas horas de la mañana?. Regresé hacia la puerta para abrirla y cuando vi a los chicos parados del otro lado, tuve el impulso de cerrarles la puerta en la cara.

— ¿Quién es? — indagó Jade un poco adormilada mientras bajaba las escaleras y soltó un bostezo al finalizar la oración.

— Los chicos — respondí volteándome hacia ella. Obtuve una respuesta inmediata.

— No les abras, es demasiado temprano como para que se instalen aquí — dijo y se desplomó en el sillón a ver televisión o lo que sea que estén dando un miércoles a las seis de la mañana.

Obedecí a las órdenes de Jade y cuando estaba yendo hacia el living, escuché por segunda vez el timbre. Lo ignoré por completo y continué caminando pero luego comenzaron a tocar repentinas veces el timbre y me vi obligada a abrirles la puerta para que llenen de basura mi apartamento y lo conviertan en un completo desastre.

— Hey — gritaron todos al unísono. Realmente estuve tentada a cerrarles la puerta en la cara nuevamente pero no iba a ser tan mala. Esa es una actitud de Jade.