Capítulo Catorce.

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Dos días habían pasado desde el sorteo del amigo invisible y hoy era el momento de entregarle a la directora los regalos para nuestro amigo invisible.

Sabía poco acerca de Andrew Michelli.

Escuché en los pasillos que es un primo de Marcelo que él no aprecia en lo más mínimo, fue inscripto en este internado luego de que lo expulsaron del último en el que estuvo por jugarle una broma pesada a uno de los profesores y llegó a nuestro internado recién ayer en la noche. Ni siquiera tengo idea de cómo es físicamente pero probablemente hoy lo descubra cuando entregue los regalos.

Me había ofrecido a repartir los regalos de todos los amigos invisibles con tal de saltarme algunas clases. Claro que no iba a estar sola, seguramente otro estudiante haya hecho lo mismo que yo pero si no lo hizo, tendré que hacerlo sola. De todos no me molestaba en lo absoluto.

- ¿Qué le regalarás a Megan? - indagué mirando el extraño paquete que tenía Jade entre sus manos. Ella sonrió pícara.

- Un bonito consolador - contestó burlona. No pude evitar soltar una carcajada.

Esa era la ventaja de que tu amigo invisible sea uno de tus mejores amigos, nunca sabes la clase de regalos que pueden llegar a darte. El año pasado le había dado una caja de condones a Austin y este año le toca a Megan recibir su regalo sexual.

Ambas caminamos a la par hacia la oficina donde debíamos entregar nuestros regalos y pusimos los dos en una gran bolsa, la cual ya estaba llena de regalos. Le había regalado unos calcetines con el logo del internado a Andrew. Realmente no conocía en lo absoluto los gustos de este chico y los calcetines fueron una buena opción.

El timbre que anunciaba el comienzo de las clases sonó y me despedí de Jade debido a que no iba a asistir a mis clases hoy por repartir los benditos pero salva-traseros regalos del amigo invisible. Insisto, esto me ha salvado de pasar dos infernales horas en la clase de matemática, con el profesor que me da pánico.

Realmente no sé si es normal que un profesor de edad media observe con morbo a cada una de sus alumnas. ¿Acaso no le toman una evaluación para saber su nivel de pedófilo cuando piden el empleo? Bueno, yo creo que deberían comenzar a incrementar eso en las entrevistas para que cosas como esta dejen de suceder.

En serio me aterra ese hombre.

Pasados unos quince minutos desde que sonó el timbre, ningún otro estudiante depositó su regalo así que decidí que era hora de comenzar a repartirlos, aunque creo que iba a tener que hacerlo sola debido a que nadie más estaba conmigo en la oficina.

- Uhmm.. Disculpa - escuché una voz detrás mío. Volteé de inmediato - ¿Es aquí la oficina de los repartos? - indagó un chico.

En definitiva, no lo conocía ni siquiera de haberlo visto alguna vez en los pasillos.

Era mucho más alto que yo, tenía el cabello negro lacio, sus ojos eran cafés como los de Marcelo, una bonita sonrisa y cejas algo gruesas. Físicamente era delgado pero tenía sus brazos algo trabajados, al igual que su abdomen. Sí, pude verlo por causa de que llevaba una camiseta blanca y no sé por qué estaba mojada. Este chico sí que era apuesto.

- Sí, es aquí - contesté luego de recuperar el habla.

Demonios, me había quedado observándolo como una idiota por casi medio minuto y hasta creo que mi mirada lo había intimidado un poco debido a que estaba levemente sonrojado. Buena manera de espantar a este chico.

- Me llamo Andrew - me extendió su mano con una sonrisa en el rostro.

Oh mierda.

¿Él era Andrew? ¿Él era el chico al que le había regalado unos calcetines? ¿Él era mi jodidamente caliente amigo invisible? Y por sobre todo.. ¿Él era el primo que Marcelo tan poco aprecia? Joder.

she knew | marcelo michelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora