Capítulo Dieciséis.

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Pasé lo que quedó de la tarde con Marcelo, arrojando piedras a la fuente, bromeando y hablando cosas sin sentido alguno. Había sido divertido, no podía negarlo, me gusta pasar tiempo con él. Siempre consigue sacarme una sonrisa a pesar de que a veces pueda llegar a ser un tanto detestable.

Luego me acompañó hasta mi apartamento y se despidió de mí con un dulce beso en los labios, el cual causó que tenga una tonta sonrisa en el rostro por más de cinco minutos, hasta que las chicas llegaron al apartamento e hice como si nada hubiese pasado. Claro que el interrogatorio por parte de mis amigas surgió antes de irnos a dormir.

Estaba recostada en mi cama, leyendo un libro, cuando de repente ambas saltaron sobre mi cama y me obligaron -por así decirlo- a soltar cada detalle de lo que estaba pasando con Marcelo gracias a que pensaban que éramos novios. Les expliqué que en realidad fue una mentira de Marcelo y yo sólo le seguí el juego pero.. Afirmé que nuestro beso en la fuente el día del baile había sido real y también les conté todo lo que pasó esta tarde.

¿Gritaron? Muchísimo.

¿Cuál fue su otra reacción? Se tiraron sobre mí, me aplastaron y continuaron gritando eufóricas hasta que se dieron cuenta de lo desquiciadas que se habían vuelto.

Y finalmente, volvieron a comportarse como personas normales e inclusive, decidieron que iba a ser una excelente idea de todas vayamos a dormir ya que eran dos de la mañana y las tres estábamos sentadas en mi cama, hablando sobre Marcelo, Jake y el misterioso chico que le atrae a Megan.

Al cabo de unas cuantas horas, desperté por causa de Megan, quien saltaba en la punta de mi cama como una niña pequeña cuando le daban su regalo de navidad. Estuvo dentro de mis opciones asesinarla pero iba a dejarle eso a Jade, ella era la asesina/terrorista de nuestro grupo.

- ¿Qué demonios te ocurre? - indagué con mis ojos entrecerrados y la voz completamente ronca. Meg chilló.

- Debes ver esto - dejó de saltar en mi cama y corrió hacia la suya para poner sobre mis piernas su laptop.

Lo primero que mis ojos pudieron ver fue el logo del internado en la esquina derecha superior de la página web donde Megan se había metido. De inmediato deduje que era el bendito blog de chismes. Luego, posé mi mirada sobre el título y vi que se trataba sobre Marcelo y yo.

"¿La nueva conquista de Michelli?"

No quise leer el artículo, la foto de nosotros dos besándonos frente a la fuente me hizo dar una idea de las idioteces que podría llegar a decir.

- Esto es mucho mejor de lo que creí, __________. ¡Nuestro plan está resultando con un jodido éxito! - chilló emocionada.

Sentí una puntada en mi estómago al escuchar la palabra "Plan".

Ya no podía decir si esto que estaba haciendo con Marcelo era por voluntad propia o si estaba solamente siguiendo al pie de la letra el plan que habíamos ideado con Megan para terminar con sus conquistas amorosas.

Conquistarlo y cuando esté loco por mí, iba a dejarlo.

Aunque ahora que lo pienso en frío, era un plan un tanto frívolo. Marcelo no era la persona más dulce y compasiva del mundo pero creo que no merecía sufrir de una manera como esa a pesar de las cosas que hizo con algunas chicas. O quizás sí merecía un poco de su propia medicina.

De todos modos, tampoco sabía cuál era el plan de Marcelo. Era irónico que de un día para otro haya cambiado su actitud conmigo -justo después que Jai me invitó al baile- y ahora que su primo al parecer estaba interesado en mí, intentó marcar una especie de territorio cuando yo no era ningún territorio para marcar.

she knew | marcelo michelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora