she knew | marcelo michelli

Capítulo Diecinueve.

Observé el reloj y bufé al ver que todavía faltaban quince minutos para las nueve.

Llevaba casi una hora sentada en la punta de mi cama mirando el reloj cada cortos minutos, totalmente impaciente. Nunca había estado tan emocionada y nerviosa al mismo tiempo por tener una maldita cita con un chico. Era la primera vez que esto estaba sucediéndome y eso me asustaba muchísimo, sobre todo porque nunca antes un chico como Andrew me había invitado a una cita.

Sí, Andrew, no Marcelo.

Luego de que Marcelo y yo rompimos con ese beso jodidamente perfecto por causa de la falta de aire, rechacé su propuesta de ir a una cita. Andrew me había invitado antes y realmente no sabía en qué podía terminar tener una cita con alguien como Marcelo, por lo que fui precavida y opté seguir el camino seguro y correcto. De todos modos, habíamos acordado con Marcelo que yo tomaba las decisiones en esta "relación".

En fin, Marcelo no se tomó para nada bien el rechazo en su momento. Obviamente se puso histérico y hasta creyó que le había hecho alguna clase de broma pero cuando notó lo seria que estaba en el momento que lo rechacé, creo que consiguió entenderlo.. o no.

Estos últimos días se mostró normal conmigo y con Andrew. Seguíamos tratando de parecer una dulce pareja frente a los estudiantes y nuestros tratos en privado eran los mismos de siempre; peleábamos y luego hacíamos como si nada hubiese pasado. Nuestra relación amistosa no había cambiado en ningún aspecto, lo cual me llevó a sospechar que detrás de tanta normalidad se escondía un plan macabro para arruinar mi cita aunque tampoco puedo andar por la vida haciendo falsos argumentos y sintiéndome paranoica.

Salí por completo de mis pensamientos cuando el sonido del timbre retumbó por las paredes de mi habitación. Me levanté de inmediato de la cama y miré mi reflejo en el espejo por última vez, asegurándome que mi atuendo este correcto. Acomodé uno de los breteles de mi vestido y luego de sonreírme, tomé mi bolso y metí mi celular dentro de este, antes de salir casi corriendo de la habitación.

Lo sé, parecía desesperada y de hecho, lo estaba.

Bajé las escaleras corriendo como nunca antes lo había hecho y cuando me encontré a pocos metros de la puerta, vi a Megan hablando animadamente con Andrew, quien se podía decir que lucía realmente nervioso. Sinceramente, no sé si estaba así por nuestra cita o porque Megan podía ser un tanto intimidante a veces.

 

— ¡Andrew! — grité detrás de Megan, haciéndola saltar del susto.

— Hey, ________ — saludó cuando me acerqué a él — Luces hermosa.

— Gracias — contesté con la cabeza agachada, sonrojada al máximo.

 

Luego de que Megan se burló de nosotros por lo cursi que éramos, decidimos que iba a ser una buena idea irnos antes de que sus burlas sean aún peor y termine consiguiendo que me enoje con ella y posiblemente con Jade, debido a que ella le mete las burlas en la cabeza.

Oh mierda, soné como mi madre.

Abandonamos mi apartamento y el edificio, para luego comenzar a caminar por el campus hacia la pizzeria que habían puesto aquí hace unos cuantos meses. El camino fue todo lo contrario a aburrido, no hicimos más que bromear entre nosotros hasta llegar a la pizzeria, la cual no estaba llena de estudiantes aún.

Entramos y nos sentamos en una de las mesas del centro, esperando a que alguien venga por nuestras órdenes. De todos modos, íbamos a ordenar pizza, otra cosa no había aquí. La chica que había cruzado en los pasillos el día de la selección, Mack, llegó a nuestra mesa en cuestión de unos pocos minutos para tomar nuestras órdenes.