Capítulo Veintiuno.

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Empujé la puerta causando que hiciera un fuerte ruido y me apoyé contra esta. De a poco fui resbalando hasta que toqué el suelo y decidí hacerme una bolita. Cerré lentamente mis ojos y traté de tranquilizar mi respiración, algo que fue imposible. Realmente estaba nerviosa y enfadada al mismo tiempo por lo que había pasado.

Esta clase de cosas sólo pueden sucederme a mí.

Fue Marcelo quien había tocado el timbre, él es mi vecino, no Andrew. De todos modos no estaba enfadada por eso sino por la estúpida oferta que nos había hecho a mí y a mi madre. Su madre creyó que sería una buena idea invitarnos a tomar el té y el muy idiota le siguió la corriente, llevándolo al extremo de venir personalmente hasta mi casa a hacerme saber la mala noticia.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - indagué sorprendida. Realmente no esperaba su visita.

- Mi querida ________, ¿No te mencioné que somos vecinos? - sonrió burlón.

Y de más está decir que mi boca estuvo a pocos centímetros de tocar el suelo. Tenía la más mínima esperanza de que Andrew fuese mi vecino en lugar de él u otro Michelli del mundo pero como evidentemente la suerte no estaba de mi lado fue a Marcelo a quien el mundo eligió para que se mude justo en frente de mi casa.

Sí, no sólo lo debo soportar en el internado a diario sino que también los fines de semana cuando se supone que "descanso" de él. Bueno, ahora no podré descansar en lo más mínimo porque hará mi vida imposible hasta en sus fines de semana. Genial.

- Cariño, ¿Quién es tu amigo? - dijo mi madre, llegando hacia nosotros.

Ese fue el momento en el cual traté de cerrarle nuevamente la puerta en la cara pero claro que iba a recibir un regaño por parte de mi madre si me encontraba haciéndolo. Aparte, el ya estaba lo suficientemente adentro de mi casa como para que pueda echarlo. No tenía opciones.

- Déjeme presentarme señora Snow - habló Marcelo de repente - Me llamo Marcelo, soy su vecino de enfrente y compañero de _________ en el internado.

Una enorme sonrisa se formó en su rostro.

Miré a mi madre y noté como de inmediato había quedado fascinada por la manera educada y sofisticada en la que Marcelo se había presentado. Yo también tengo que admitir que me había impactado esa parte de Marcelo que jamás conocí, es decir, siempre fue grosero con todos y creo que ni a los profesores trató alguna vez con tanta amabilidad.

- Como verán señoritas, estoy aquí ya que mi madre ha tenido la amabilidad de invitarlas a ambas a tomar el té en la tarde - comentó, haciéndome asustar.

¿Quién es este chico y qué demonios hizo con Marcelo?

Esto del "Marcelo educado" estaba comenzando a asustarme muchísimo. Prefiero millones de veces a ese Marcelo grosero antes que al educado, por más que sea un poco agradable ver que se comporta como un ser humano de vez en cuando.

- Oh eso suena increíble. Estaremos allí, tenlo por seguro - accedió mi mamá, causando que abriera mis ojos como nunca antes lo había hecho.

- ¿Qué? - indagué entre dientes por lo bajo.

- Excelente ¡Las esperamos! - exclamó Marcelo con "emoción" - Nos vemos luego señora Snow, ___________.

Marcelo nos dedicó una última sonrisa y luego comenzó a caminar hacia su casa, la cual obviamente no estaba lejos porque quedaba enfrente de la mía. Casi por impulso, cerré la puerta antes de que mi madre pueda decir algo y salí corriendo hacia mi habitación.

Sí, el motivo por el cual me había enojado era sumamente estúpido pero realmente no quería ir a tomar el té con la sofisticada madre de Marcelo y.. él. No lo encuentro divertido, en lo absoluto y tenía planeado pasar mi día de otra manera, probablemente con mis amigos de la secundaria a la cual asistía antes.

she knew | marcelo michelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora