Capítulo Ocho.

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A medida que iba viendo las gotas de lluvia resbalar por el vidrio del gran ventanal de nuestro apartamento, me deprimía aún más el hecho de estar encerrada aquí.

Todo California estaba bajo una alerta meteorológica por causa de una posible tormenta eléctrica en el distrito. Por tal motivo, las autoridades del internado decidieron que las clases no se dictarían hoy y que todos permanecerían en sus respectivos apartamentos hasta que la lluvia termine o se retire la alerta.

Justo cuando eso fue anunciado por los altoparlantes, los idiotas de mis amigos ya estaban instalándose en mi apartamento, lo que significa que ahora estarán más instalados que nunca por causa de la puta tormenta eléctrica.

¿Acaso el mundo estaba vengándose de mí por algo?

- Yo pienso que la última rebanada de pizza me corresponde - Jade intentó tomarla pero Austin le dio un golpe en la mano.

- Es mía - la miró amenazante y al intentar tomarla, Megan le pegó con un almohadón.

No pensaba perderme por nada en el mundo esta pelea.

Caminé lentamente hacia donde ellos se encontraban peleando por la última rebanada de pizza y me senté a un lado de Marcelo, quien no hacía más que observarlos con los ojos entrecerrados. Imité su acción.

Era realmente gracioso ver como unos adolescentes peleaban por un pedazo de masa con queso derretido. Existía la opción de descongelar la que estaba en el congelador pero la satisfacción de ser el último en comer pizza era mucho mayor.

- ¿Quién crees que se la comerá? - indagó Marcelo mirándome fijo.

- Probablemente Jade. Intentarán quitársela nuevamente y reaccionará a los golpes - contesté, causando que Marcelo asintiera.

- Buen punto - me dio la razón.

Y errándole a mi propia suposición, Drew fue quien se quedó con la última rebanada.

Quizás se pregunten cómo demonios consiguió quedarse con ella. Bueno, pues fue una jugada inesperada para todos debido a que mientras todos peleaban por la rebana, él sólo llego a la habitación, tomó la rebanada y se la comió. Claro que después de eso todos los golpearon.

En definitiva fue una tarde larga, aburrida para mí y violenta para Drew. El rencor de quienes pelearon por la rebanada de pizza perduró durante todo lo que quedó de la tarde e intentaron continuar durante la noche pero bajó la energía y el habernos quedado en una absoluta oscuridad les impidió continuar dándole odio a Drew.

¿Qué tan aterrador podía ser que baje la energía durante una tormenta eléctrica? En una escala del uno al diez, creo que posiblemente sea un once.

Los truenos comenzaron a escucharse y con el paso de los minutos, estos se hacían aún más estruendorosos. Por el ventanal se podía observar perfectamente como los rayos se formaban cerca de la línea del horizonte y la lluvia aumentaba su intensidad cada vez más.

Necesitaba algún cuarto del pánico o algo similar en este mismo momento.

En el instante que el trueno más fuerte retumbó por las paredes del apartamento, cerré mis ojos con fuerza y me aferré con miedo al brazo de quien estaba a mi lado. Realmente no me importaba si estaba abrazando a la pata de la mesa, debía abrazar algo o moriría.

- No te harán daño, estoy aquí - murmuró Marcelo en mi oído y me abrazó.

- Por favor no me sueltes - le supliqué.

- Eso jamás. Te protegeré sin importar qué - contestó acariciando mi espalda.

Y este era el momento en el que me preguntaba internamente; ¿Dónde demonios estaba Marcelo y qué habían hecho con él? Es decir, este no era el chico con el que acostumbraba a pelear y golpear en su entrepierna estos últimos días.

she knew | marcelo michelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora