she knew | marcelo michelli

Capítulo Quince.

El día transcurrió de la manera más enfermiza posible.

Marcelo se tomó demasiado enserio lo de ser "novios", tanto que llegó al punto de tomarme de la mano mientras caminábamos por los pasillos de la preparatoria y demás está decir que me llevé más de una mirada de odio por eso.

De todos modos sabía que estaba utilizándome, no para darle celos a una chica, sino para demostrarle a Andrew que yo ya tenía alguien especial en mi vida, cuando en realidad no era así. No éramos nada y tampoco íbamos a serlo. Jamás.

Encendí la luz de mi habitación y cuando pensé en desplomarme sobre mi cama, vi una pequeña caja a unos pocos centímetros de mi almohada. Con el ceño fruncido, me acerqué lentamente hacia aquella caja, la tomé entre mis manos y no dudé en abrirla. No había más que una nota en el interior de esta.

Juguemos al juego del amigo invisible;

+ Deberás seguir una serie de pistas si quieres llegar a tu regalo.  

+ Ve hacia el ascensor de tu edificio y encontrarás otra pista allí.

-Anónimo.

Releí la nota dos veces más y en vez de sentirme intrigada o emocionada, comencé a sentir una corriente de miedo invadir todo mi cuerpo. Esto me lo había enviado mi amigo invisible, sí, pero.. ¿Cómo demonios hizo para dejarlo en mi habitación? Nadie más había entrado al apartamento desde que lo abandonamos en la mañana.

Miré hacia todos lados para asegurarme de que nadie me esté vigilando o algo parecido y luego de guardar la nota en el bolsillo trasero de mi short, salí casi corriendo del apartamento hacia el ascensor, para verificar si la nota estaba allí. Y claro que así fue, cuando llegué la nota estaba esperándome pegada en la puerta del ascensor.

Si llegaste hasta aquí quiere decir que estás interesada en tu regalo. Genial.  

Te gustan los espacios verdes, ¿Cierto? Ve en busca de tu próxima pista al campus trasero de entrenamiento pero ten cuidado con los cañones, nunca sabes si están cargados o no. Apresúrate.

-Anónimo.

Solté un suspiro frustrado pensando en que debía caminar hacia el campus pero ahora la intriga de saber en qué demonios iba a terminar todo esto fue mucho más fuerte que yo y antes de que pueda darme cuenta, ya estaba corriendo hacia el campus. Los entrenamientos comenzaban dentro de pocos minutos, así que me apresuré.

Conseguí llegar unos pocos minutos antes de que el entrenamiento comience y me quedé parada en medio del campus mirando hacia todos lados, con la esperanza de encontrar la siguiente pista pero no lo conseguí, hasta que recordé parte de la nota. "Ten cuidado con los cañones".

Me escabullí por detrás de las tribunas y al llegar a uno de los cañones, encontré una pequeña nota pegada en la parte superior de este. Sonreí victoriosa.

Eres realmente buena en esto, ya tendrás tu recompensa por tanto trabajo.  

Sólo falta una pista más para que llegues a tu destino.  

Sé lo mucho que amas los colores y el arte, por lo tanto, he escondido tu última pista en un lugar donde puedas encontrar arte y colores en un mismo lugar.

-Anónimo.

Me quedé pensando en la pista durante unos cortos segundos.