Has quedado grabada en mi piel tal como lo estás en mi memoria, formas parte de una bella historia a la cual no le encuentro fin y tampoco quiero hallarselo aún, quiero vivir un poco más bajo esta duda, bajo la sombra de la historia tan peliaguda que me hace suspirar cada vez que te vuelvo a mirar, que me hace temblar cada vez que llego a encontrarte, que me hace sentir esos nervios que siento cuando entre labios, a regañadientes y sin estar al pendiente de lo que piense la gente te digo que "Te amo" aunque quizá para ti ya sea más que evidente.
Estás grabada en mis venas, marcando mi existencia como la sangre que ruge por ellas, así se siente cuando corres por mi mente y no frenas, pasas desapercibida por mis instintos y se siente tan bonito cuando me doy cuenta de que en mi pensamiento te encuentras. Tienes un paso directo a mi alma, un lugar que conoces tan poco pero que a su vez tan rápido desarmas, un sitio tan peculiar donde cualquiera se perdería, pero como no cualquiera entra allí, tú sencillamente no necesitas de un guía.
Añoro la experiencia de besarte, de recorrer tu piel y abrazarte, extraño intensamente la sensación de acariciarte, de jugar con tu cabello, de recorrer tus mejillas con mis dedos y de besar tu frente plenamente y con ese fervor que emanaba de mí al mirar tus ojos y verte sonreír frente a mí. Anhelo poder llevarte al cielo mientras compartimos esta tierra, poder hacer de ti la mujer más feliz aunque tu mundo pueda estar en guerra, y aunque no te quiero para siempre ni te veo como a quien amar para un futuro, te veo como alguien para estar sin tiempo, a destiempo y sin apuros, con los horarios fuera de los cuadernos, con las manecillas del reloj sin funcionar y con las estrellas apagadas y sin más que la luz de nuestros corazones en llamas. Que nada brille más que la ausencia del tiempo, pero que nada apague el calor de nuestros cuerpos, te quiero a ti y solo a ti, para hacerte feliz y hacerte vivir, llenarte de recuerdos y de risas, de momentos bonitos y pensamientos fuera de una cornisa, donde puedas saltar sin arriesgarte a perder el vacío, donde caer en un juego sea todo menos lo aprendido. Te veo como la niña a la cual quiero dedicarle mi suspirar, a quien quiero besar con tanta pasión y verdad que quiero que al verme a los ojos como ya bien los sabes interpretar, puedas entender una vez más que solo te he sabido amar.