Ojalá pudiera escribirte, como lo hace alguien más.
Ojalá pudiera quererte, como lo hizo alguien más.
El tiempo se me va, y tú no estás. Las palabras se escapan de mi cabeza, seca. Mis labios secos, mis manos secas; las tuyas húmedas. Al fin reencontré un poquito de inspiración, pero en una lata de alcohol. Del corto tiempo que tuvimos; nuestro; sólo recuerdo esa mirada, solloza, llorosa. El tiempo parecía tan longevo, pero al final nos dimos cuenta que es efímero; lo fue.
Corto o largo, el final hubiera sido el mismo; repetido.
¿Cuántas veces atreves del tiempo habremos cometido, hecho y desecho el mismo final?
Ahora mismo, sólo me concentro en la actualidad; y la actualidad es que nos perdimos para siempre; tal vez, por siempre.
Estoy arto, de ti y de mi. Mi cabeza ya no aguanta la amargura de este cigarrillo infinito; de este ciclo infinito. Quisiera que acabase de una maldita vez, y que el recuerdo de tus ojos, y tú piel, y esos lunares, se vayan de mi ser. Que la mirada solloza de tus ojos café, se vaya de este ser.
De todo ese corto tiempo, lo único que guardo, es una fotografía. Ojalá se vieran tus ojos, ojalá se vieran tus labios. Ojalá pudiera llorar, ojalá pudiera vivir una vez más; ojalá pudiera recordar cada lunar.
Ojalá pudiera amarte una vez más, o al menos, amar a alguien más, y no recordarte ni una vez más
