Y durante todo un día olvidé que escribía, por un poco más de 24 horas lo olvidé, no sabía lo que hacía ni como lo hacía, solo creí recordar el porqué... 24 horas después me encuentro escribiendo esto, como un pintor trazando líneas en un nuevo lienzo, pero me pregunto, recordé que escribía? No lo sé, supongo que si lo menciono es porque lo recordé pero y si no? Varias veces he dicho y resaltado, que solo escribo por razones como las siguientes: Liberar mi mente de la presión que suponen todas esas ideas revoloteando. Drenar mis pensamientos mediante letras y así evitar la saturación inevitable en la que vivo. Buscar y encontrar "soluciones" a problemas propios y ajenos. Y ayudar a quien me lee a liberar su mente, a sentirse mejor y a pensar con mayor claridad, así como quizá, enseñar un poco.
Esas son las razones por las que escribo pero, olvidé escribir, digo que durante 24 horas lo olvidé porque ciertamente pasé más de ese tiempo continuo sin pensar en escribir sobre algo, de hecho ni recordaba que lo hacía, pero también he pasado así varios días y me doy cuenta que realmente no lo necesito, a pesar de ser un hábito y de lo bueno que es para mí y lo gratificante que se vuelve, no lo necesito y no me malinterpreten pero, qué tal si así hay cientos de cosas en nuestra vida? Qué tal si tenemos tantos hábitos, y hacemos tantas cosas que creemos importantes, que vemos importantes o que tal vez si que lo son, pero a su vez son cosas sin las cuales podríamos vivir totalmente tranquilos, sin recordar siquiera que las hacíamos.
Y como dije, no me mal interpreten, no dejaré de escribir, esta es mi arte y mi forma de vivir aunque claramente no viva de ello, pero solo quiero dejar a reflexión con mi característico sello, la idea de que quizá le damos más valor del adecuado a costumbres y hábitos que creemos que por ser constantes son los más adecuados y no nos damos cuenta de que son tan prescindibles que nuestra vida continúa normal aún cuando ni siquiera podemos recordar que realizábamos tal actividad.