Y tuve que morir

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Tuve que morir una o dos veces para entender que vivir no es solo que tu corazón siga latiendo o que sigas respirando, entendí que vivir va más allá de estar vivo, vivir se trata de sentir y exactamente cuando dejas de sentir es cuando mueres, esa expresión de estar "muerto en vida" es una total realidad cuando te sientes como una figura entumecida que da vueltas y vueltas en algún lugar, o que solo avanza sin saber si va hacia adelante o hacia atrás, es ahí cuando realmente estás muerto, tu corazón late y tu respiración continúa, incluso se puede decir que llevas una vida más tranquila pero... No sientes, no sientes nada, ese aire que entra y sale de tus pulmones no es nada, es igual a recibir una puñalada pero no lo sientes. Tuve que pasar por eso unas dos veces por lo menos para entender lo que es vivir, vivir es sentir cada momento y tomar cada experiencia y conocimiento y quedarnos con lo bueno y desechar aquello que no queremos, vivir es sufrir, reír y llorar, con todas esas cosas que nos pasarán y de las que nos vamos a cansar, porque nos cansaremos y nos quejaremos pero de vivir se trata entender que la vida es así y aunque nos vaya a doler, un día apreciaremos ese dolor, tal y como apreciamos una sonrisa.
Hay tanta gente que se encuentra adormecida, que están totalmente muertos en vida, porque se han aferrado a eso que los ha desgarrado y se han quedado con lo que los ha dormido, convenciéndose de quedarse así eternamente, pero no es eterno, no podemos pretender estar muertos en vida hasta que la verdadera muerte venga a tocarnos la puerta, porque se nos alargará mucho la espera, y perderemos tiempo en esa amarga experiencia, tiempo que podemos aprovechar en hacer brillar nuevamente nuestra esencia, aprendiendo que el latir del corazón no lo es todo para vivir, más importante es saber el valor que tiene no dejarnos morir.

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