♠ Capítulo XVIII ♠

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El pequeño del huerto se encontraba tras de Ayla provocando que ésta saltara del susto debido a su repentina aparición.

- Me puedes llamar Fran - dijo el pequeño.
- ¿Cómo sabes quién soy?
- Porque hueles bien - dijo el niño sonriendo dulcemente.
- Es un delito escuchar la plática entre su alteza y un sirviente, sino quieres que te delate, déjame probar tu sangre...
- ¡No! - dijo Ayla poniendo una considerable distancia entre ellos.
- ¡No seas tacaña! - se quejaba el vampiro - ¡Sólo será un poco! - dijo mientras jalaba a la mujer con fuerza sobre humana hasta su altura para morderla.
- ¡Fran!
- ¡Ah primo Alexander! - dijo el niño un poco nerviosos.
- ¿Cómo te atreves a tocar mí mascota de sangre? - dijo mientras miraba al menor con deseos de matarlo.

Espera, son primos, pensó Ayla.

- ¡Pero eso no es justo! - se quejaba el niño vampiro - ¡¿Por qué tu si puedes beber su sangre?!
- Ella es mí mascota de sangre... Tú convoca una tuya para ti.
- ¡Yo la quiero! - dijo el pequeño mientras que con su poderes la obligaba a acercarse rápidamente- ¡Tal vez yo le guste más a ella! ¿Verdad hermana? - preguntó el pequeño a la mujer mientras hacía ojos de cachorro.

¡Bam!

- No la toques - advirtió el príncipe luego de golpear a su primo.
- Hermana te buscaré luego cuando el no éste - dijo el niño antes de retirarse.
- ¿Fran te hizo algo?
- No, a los pocos minutos llegaste tú...
- ...Vamos.
- ...

... Si la mascota de sangre no está tratada adecuadamente, el verdadero desastre podría llegar pronto!
De hecho, el que sufrió una lesión directa... Fue usted su alteza.

- Alexander...

El príncipe se detuvo a escuchar a la humana, era la primera vez que ella lo llamaba así y no por su título.

- Escuché tu conversación, escuché que habrán frecuentes desastres desconocidos y siniestros... Es cómo la leyenda dice ¿No?... Yo traeré desastre a éste mundo. Será mejor que me regreses a mí mundo... - dijo Ayla tratando de ignorar ese dolor que comenzaba a sentir en su pecho.

Alexander tomó a Ayla del brazo y la condujo hacia uno de los salones del palacio encerrándose con ella.
Una vez dentro se acercó a ella que se quedó mirándolo espectante de una respuesta.

- Has jurado que te quedarías conmigo - dijo el vampiro siendo gentil esta vez con ella - Recuerda, éste mundo y tú... Solo pueden ser míos.

No la dejó pensar ni por un segundo, el vampiro tomó posesión de sus labios ferozmente sin importarle si ella lo rechazaba o lo aceptaba.
Nada pasó, no lo aceptó pero tampoco lo rechazó.
Poco a poco el príncipe fue pegando su cuerpo a ella, dándole la oportunidad de retractarse.
No lo corrió.
Tomó firmemente su cintura y la atrajo hacia él cortando la distancia que restaba. Las manos de ella se posicionaron en sus brazos sujetándolo.
Las caricias iban aumentando. Ayla no entendía por qué lo estaba permitiendo pero su cuerpo no le dejaba opción como si fuese controlada por él.
Sintió las manos del hombre recorrer su espalda para luego deslizar el vestido por su piel hasta llegar al piso. Su frenesí los estaba llevando lentamente a un punto de no retorno tan peligroso para ambos que ese peligro resultaba dulcemente tentador.
Alexander se apartó por un momento causando un malestar en la mujer que deseosa lo miraba, se quitó su ropa frente a ella, aumentando su nivel de lujuria.
La haría conocer a su verdadero ser... Tomó a Ayla y la aventó contra el papel tapiz de una de las paredes del salón y pegó su cuerpo a ella. Quería que pudiera apreciar su miembro y lo deseara, besó su cuerpo mientras lo acariciaba, llevándola al límite de la excitación y el descontrol... Hoy se saciarían el uno del otro.

Espero que les haya gustado este pequeño maratón de capítulos que les regaló con mucha dedicación

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Espero que les haya gustado este pequeño maratón de capítulos que les regaló con mucha dedicación. No se olviden de votar.!! Gracias

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