PAUSADA
Él es un vampiro cruel. Ella una chica común que prefiere quedarse en casa. Por un hechizo equivocado es invocada al reino de los vampiros, y será su mascota...
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Créditos: Yoolok Culture/Adaptación parcial
- Hey, ¿Sabes qué hay en la leñera? - Heché un vistazo, es una hermosa mujer... Escuché que ella era un hermoso ser humano. Nunca antes he visto un ser humano... ¿A qué sabe la sangre de un ser humano? - Su excelencia ha dicho que si no está muerta... Puedes hacerle cualquier cosa...
Uno de los hombres se acercó al cuerpo de la joven.
- Tengo que probar la sangre de ésta humana... - dijo mientras tomaba su brazo y su cuerpo reaccionaba a la presa como el depredador que era. - ¿Hmm? - ¡Está despertando! - gritó el otro sujeto. - No te preocupes, es solo una mujer insignificante que no puede hacer nada contra nosotros.
El hombre pasó la lengua para probar aquella chica en donde la mordería. Sacó sus dientes y se dispuso a penetrar su piel pero una fuerza lo arrojo lejos. Un símbolo rodeó la chica, el mismo símbolo que el príncipe había colocado en ella.
- ¡¿Eso, eso es... Una marca de sangre?!
Ayla aprovechó el momento en que los hombres retrocedieron para correr lejos de aquel lugar. Sentía los pasos de los soldados ir tras ella por lo que no podía para de correr o bajar su ritmo pese a su agotamiento.
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Tras adentrarse en el bosque decidió esconderse detrás de algún tronco lo suficientemente grande como para ocultar su figura hasta que el peligro cesara...
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Un cuerpo comenzó a materializarse frente a ella, tomándola desprevenida.
- Alex... Alexander... - dijo con temor. - Oh, veo que recuerdas el nombre de tu maestro... - Dijo tomándola de su barbilla - Pero aún así la mascota quiere escapar - comenzó a apretar su agarre mientras decía esto último y la chica comenzaba a intentar zafarse. - No,no, yo no... - Lilith dijo que desapareciste ésta tarde, ¿Por qué no te quedas en tu habitación? ¿Quieres acaso que te mate? Por qué te aseguro que me encargaré de que sea una muerte lenta y dolorosa. ¡Llévensela! - Ordenó a los soldados quienes pusieron una soga en su cuello y la arrastraron dentro del castillo.
La colocaron en un calabozo, esposaron uno de sus pies a una cadena que salía de la pared y ahí la dejaron cumpliendo las órdenes de Alexander.
- Ahora si pareces una mascota - dijo Lilith mientras le tiraba un plato de comida en mal estado para que comiese.
Ayla sabía que necesitaba comer, su cuerpo se lo exigía, en tan pocos días había perdido mucho peso y sangre gracias al príncipe. Se sentía tan débil. Come mientras puedas, jamás podrás salir viva de aquí, pensaba Lilith mientras la miraba con odio.
...
- ¿Algo más para hoy? - le preguntó el príncipe a su asistente. - No su alteza, como siempre, ha terminado antes de lo previsto. - Bien... - ¿Va a ver a su mascota de sangre otra vez? Desde ese escape ella ha estado ahí todos los días. - se atrevió a decir el sirviente. - Lo sé, pero así aprenderá la lección.
El príncipe salió de la oficina y se dirigió al calabozo a ver a la mujer, no porque le importara o algo por el estilo, sino por el simple hecho de que ella era su banco de sangre. Al llegar al oscuro calabozo la vió apoyada en la pared con una expresión tranquila en su rostro.
- ¿Se durmió? - preguntó a la nada.
Observó el rostro de la joven, admitiendo para sus adentros el cierto grado de belleza que ésta tenía. En su mejilla había suciedad, asique con su dedo suavemente se dispuso a limpiarla. Una corriente de electricidad subió por su espina dorsal mandando a su cerebro una alerta. Ayla no tiene pulso.