♠ Capítulo XIV ♠

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- Señorita Ayla, es hora de cenar - dijo Mayra mientras ingresaba al gran dormitorio.
- Bien, ponlo ahí por favor - respondió Ayla mientras permanecía sentada en el frío mármol del suelo sujetando sus rodillas.

Había sido confinada a su habitación por el príncipe hace ya varios días y no aceptaba comer.

- ¡Órdenes de la reina! - apareció un soldado en el humbral de la puerta frente a Ayla y su mucama. - La mascota de sangre de su alteza debe ir inmediatamente al palacio de la reina. - dijo el hombre mientras se acercaba a la mujer para escoltarla con una correa.
- ¡Espera! Su alteza dió una orden -  dijo la pequeña Mayra intentando detener al gran hombre - ¡La señorita no puede abandonar su dormitorio!
- ¡Apártate! - gritó el soldado. - ¡Ahora tú también vendrás con nosotros!

...

- Has estado aquí por algunos días - habló la reina - ya debes haberte acostumbrado a vivir aquí. Te vez bien, parece que Alexander te cuida bien, pero no sé si has cumplido tu deber como bolsa de sangre... Sabes... Eres la persona más afortunada por estar con él.

¿Suerte? Pensaba Ayla, si soy afortunada de ser tratada como una bolsa de sangre y no se me permite resistir, preferiría tener mala suerte.

- ¿Por qué no hablas? - cuestionó la reina - ¿No provocaste que Alexander y Christopher pelearan en el jardín? No tienes nada que decir, te diré que decir ahora - dijo la reina mientras le tiraba un pergamino azul con detalles en oro para que ella abriera.

Mientras viva, seré fiel a mí maestro y le dedicaré toda mí fuerza. Me sacrificaré por el cuando esté en problemas...

¡¿Ésto es?!

- ¡Jura! - exortó la reina - ¡Justo aquí frente al pergamino! Si no lo haces, mataré a tu criada.

Mayra es la primer vampiro que me ha tratado bien, después de venir a éste mundo... No puedo dejarla morir por mí culpa.

- ¡Déjala ir! - gritó Ayla- ¡Lo juro! - dijo para morder fuertemente el mismo dedo que se había lastimado con la espina para poder sangrar más rápido y pasó su dedo por el papel. - Mientras viva, seré fiel a mí maestro, le daré todas mis fuerzas y me sacrificaré por el cuando esté en problemas... - dijo la mascota mientras una luz azul con el símbolo del pacto entre ella y Alexander la envolvía - Si rompo este compromiso...
- ¡Continúa! - dijo la reina - ¡¿Qué te sucederá si rompes esa promesa?!
- ...Si rompo este compromiso - dijo sin intensión de contener sus lágrimas - mí alma caerá en el infierno para siempre y nunca podré ver la luz.
- Oh ¿Enserio? ... Ahora que lo dijiste, deberías servirme de todo corazón en el futuro y tampoco mencionarás lo de volver a tu hogar. - ordenó el príncipe.

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