♠️Capítulo XLV♠️

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- ¿A dónde vamos?- cuestionó desconcertada la humana mientras era arrastrada por el vampiro.
- Silencio ven acá.

El hombre apoyó el cuerpo de la mujer contra el grueso tronco de un árbol que serviría de escondite mientras la tapaba con su propio cuerpo a la par de sus respiraciones mezcladas.

- ¿Qué estás haciendo?
- Shh - dijo tapando la boca de la mascota mientras la mantenía en su sitio.
- Cariño, ¿por qué tienes tanta prisa por traer de vuelta a Alice? Ella me dijo que quería seguir viajando. - Habló la esposa mientras se detenían a pocos pasos de quienes los evitaban.
- Solo pienso que Alice es una princesa, ¿cómo puede ser que siempre esté relacionándose con gente ordinaria?
- ¡¿Y qué con eso?! No la menosprecies. Ella es astuta... ¡Oh ya veo! Quieres que ella vuelva por Alexander ¿no es cierto?
- Oh querida, sólo trae a Alice tan pronto como puedas.
- Está bien... - concluyó para seguir su camino.

Un pesado suspiro se escapó de entre los labios del príncipe.

- ¿Me hiciste correr por tu tío? - habló Ayla ya conociendo la obvia respuesta.
- Sí...
- Asique hay una persona a la que le tienes miedo.
- ¿Miedo, estás bromeando? Sólo no quiero que te vean.
- ¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso no soy presentable?
- No tengo miedo de que seas vista por mi tío. - intentando aclarar el mal entendido - Simplemente no quiero que te traten como la última vez.
- La última vez... - soltó la mujer mientras recordaba lo sucedido.

"- No invitaste a Lilith o Alice, pero invitaste a un inútil humano para el baile. ¿Alexander sabes quién eres?"

- ¿Estaban hablando de Alice...? - continuó mientras a cada palabra comenzaba a sentirse más pequeña- ¿...Ella es tu prometida?
- ...
- ¿Alexander?
- ¿Cómo lo sabes?
- Todos los dramas son así... - soltó en un pesado suspiro - El apuesto siempre tiene ya una prometida.
- ¿Estás celosa? - dijo acercando sus labios al cuello de la humana.
- Ni siquiera me gustas - expresó segura de sí misma - espero que tu prometida vuelva para que me liberes.
- Entonces - atacó tomando de su cintura - cuando te beso... cuando estoy muy cerca de ti... y cuando te toco... ¿Por qué no te niegas?

Ayla sintió su piel erizarse bajo las palabras del vampiro. No se dejaría vencer por él, no le daría el lujo de sentirse que ganó ni dejaría su orgullo ser herido.

- Solo lo acepto para poder seguir con vida... - desviando la mirada - ¡Mientras pueda vivir puedes hacerme lo que quieras!

Le dolía, le dolía cada palabra que salía de sus labios pero era necesario para no ilusionarse por algo que no iba a suceder jamás. Le dolía saber que Alexander tenía una prometida. Le dolía saber que él no le correspondería.

- Yo no...
- Olvídalo - cortó ella para apartarse de su agarre y así alejarse.

Alexander no sabía qué sentía exactamente con la humana pero siguió sus instintos y la detuvo, no quería que ella se alejara, tomó su cuello y la besó castamente ignorando las consecuencias de aquello que, pronto, sería la causa de los desastres que se avecinaban.

Más allá de mi vida Tu mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora