Más allá de mi vida Tu mundo

♠️ Capítulo XXXVII ♠️

Alexander tiene una personalidad muy extraña, pensaba Ayla mientras caminaba por el césped recién cortado, aveces es cálido y aveces es frío. Realmente no sé qué clase de hombre es... Si Alexander no hubiera sido maldecido, ¡no hubiera yo venido a sufrir en un mundo extraño!

- Señorita. - la voz llamó la atención de Ayla sacándola de sus pensamientos, era el anciano - ¿Se enteró que aunque la mancha de sangre de su alteza la limitará, es un signo de sus posesiones y ninguna criatura inferior puede acercarse a ti? Además, tú misma llevas tu propio poder...¿Recuerdas cuando curaste a su alteza mientras estaba herido? Yo puedo ver la magia de los seres y ante mis ojos su alteza está rodeado de poder...

- Entonces yo también...
- No, sólo hay pequeñas luces a tu alrededor de poder que aún no ha despertado.

- ¿En tu corazón solo hay odio hacia su alteza?¿No ves que lo que él te ha hecho es especial? Tú le gustas... de lo contrario ya estarías muerta.

La cabeza de Ayla no podía evitarlo y comenzó a pensar nuevamente... Recuerdo cuando nos conocimos lo que me hizo, incluso ahora me siento asustada. Aunque he estado con él durante tanto tiempo puedo percibir vagamente que él parece tener un sentimiento diferente hacia mi pero... ahora está de mal humor, es imposible para él ser amable con la gente común. Él puede permitirme tanto ahora...incluso... nosotros una vez lo... ¡¿Ayla por qué eres tan tonta, cómo un príncipe puede estar atraído hacia una chica común como yo?!

- ¡Es imposible! - dijo la humana al anciana volviendo a la realidad - ¡Este tipo quería matarme cuando me conoció ahora me acosa todo el tiempo! ¡¿Cómo es posible?!
- ¿Con quién hablas? - Ayla abrió los ojos y notó que el anciano ya no estaba y en su lugar Alexander la miraba extrañado - ¿Estás ensayando qué hablar con Chris?
- No yo no hablaba con nadie... debes haber oído mal...¿Ya has terminado de hablar con Fran?
- Si por eso vine a buscarte...
- No entiendo...
- Temo que seas secuestrada de nuevo por un extraño...
- Pero... el único extraño aquí eres tú. En un momento eres bueno conmigo, al siguiente eres malo. Ni siquiera sé qué quieres hacer. Y me has mantenido aquí como tu mascota...
- ¿Odias tanto estar aquí y por eso te quieres ir a tu casa? - preguntó el vampiro con dolor en su pecho.
- Por supuesto, todos quieren estar con sus seres queridos. Tienes a tu padre y a tu madre, pero yo solo tengo a mi abuela y para eso no existe sustituto.

Alexander no podía aguantar más, sus labios dolían a causa de la fuerza que imponía al morderlos de la ira que lo recorría por todo su cuerpo.

- ¡Es que yo no puedo tomar su lugar! - rugió furioso perdiendo el control y tomando fuertemente el cuerpo de la mujer entre sus brazos