♠️ Capítulo XLII ♠️

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- ¿A dónde te gustaría ir hoy? - preguntó Alexander mientras se acomodaba en el asiento de su auto junto a la entusiasmada mujer.
- Oh... pues... tu mundo de vampiros no es muy divertido... - dijo ella con un poco de vergüenza - Sólo hay plazas y parques de atracciones asique...
- ¿Dónde te llevó Chris? - Interrumpió celoso.
- Me llevó a ganar un muñeco... a la tienda de postres... - decía mientras llevaba la cuenta con sus dedos - también a alimentan las aves...
- Qué aburrido...
- De acuerdo ya que tu eres el gracioso, dime... ¿a dónde me vas a llevar?
- ... ¿Te gustan las cosas esponjosas y peludas?

Por la cabeza de Ayla pasaron imágenes de lo que podría significar el término "esponjosas y peludas" como un perrito, un gatito, e incluso algo parecido...

- ¡Sí! - dijo la mujer animada.
- Agarrate fuerte.

...

Minutos más tarde...

La pareja que se trasladaba en el auto se detuvo frente a una pequeña choza con tejas oscuras y rejas de igual color.

La pequeña y antigua casa poseía sus revestimientos de madera desgastada y maltratada por la humedad y la corrosión dándole un aspecto aún más intimidante. Un pequeño camino de piedras marcaba el sendero hasta la puerta a los visitantes que se acercaban. Era en sí, una vívida imagen de una casa embrujada.

- A-Alexander... ¿dónde... estamos? - Dijo la humana mirando con un cierto temor hacia la casa que se levantaba frente a su cuerpo.
- Es una tienda de mascotas vamos...

¡¿Qué?!, pensó Ayla en sus adentros... ¡¿Eso es una tienda de mascotas?!

El chirrido de la pesada puerta al moverse ponía los pelos de la mujer de punta mientras tragaba con fuerza y sus rodillas amenazaban con fallar debido al temblor de su cuerpo.

Estaba aterrada.

- Es espeluznante... -dijo en un susurro
- Bienvenidos.

La voz de ultratumba provoco un salto en el corazón de Ayla la cual, por instinto, corrió en busca de resguardo detrás de la gran espalda del príncipe de los vampiros.

- No tengas miedo, es sólo el ayudante de la tienda. - habló el hombre tras ver el acto de la pequeña mujer.
- Bienvenidos a la casa de las maravillas...

 - Bienvenidos a la casa de las maravillas

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Ayla no lo aguantó. Su corazón dio un brinco lo suficientemente fuerte como para provocar que el alma de la mujer saliera de su cuerpo junto a un grito desgarrador.

- Lamento asustarla bella dama. Soy Snape... - mientras prendía una vela - ...el asistente de la tienda.
- Ho...hola... - dijo la pequeña tratando de calmar su pulso.
- Su alteza, el maestro lo ha estado esperando arriba.
- De acuerdo. Ayla visita con Snape la tienda, yo estaré arriba.

Una corazonada le decía a Ayla que algo no andaba del todo bien, tal vez era solo la desconfianza de un lugar desconocido o, simplemente eran nervios.

...

- Entra. - Dijo el maestro tras los golpes en la puerta por parte del príncipe.

La puerta se abrió de par en par con su característico sonido.
En la sala, sentado en un gran salón un hombre lo esperaba,un hombre idéntico a su alteza.

Más allá de mi vida Tu mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora