♠️ Capítulo XXXIX ♠️

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- Ah…uhm…yo… Lo siento Chris… Aunque eres muy lindo conmigo, yo… Me gustas, pero no de la manera que piensas. Me gustas como amigo…
- Me rechazaste muy pronto - dijo el hombre con una leve sonrisa en su rostro - Si Alexander te preguntara lo mismo ahora… ¿lo rechazarías tan rápido?
- No… Sería imposible que él dijera eso - decía ella sin poder evitar imaginar la situación- ¡De ninguna manera!
- ¿Y a ti… él te gusta? - dijo el hombre susurrando en su oído.

Ayla recordaba esa conversación con su mucama hace unas noches atrás cuando la pequeña le hizo la misma pregunta y ella jamás respondió.

- Sí, no me gusta para nada ¿cómo me podría gustar ese vampiro raro que me trajo a este mundo… y me mantiene como una mascota?
- ¿Entonces por qué corriste de regreso cuando él estuvo en peligro? Era el momento perfecto para que huyeras - dijo acercándose peligrosamente mientras Ayla comenzaba a retroceder poco a poco hasta caer sobre el pequeño sofá - Si hubieras huido, ya serías libre porque… no serviría de nada huir en este momento.
- No sé cómo regresar, incluso aunque huyera, él me atraparía.
- Si hubieras huido en ese momento… podrías haber venido a buscarme. Dije que te ayudaría.
- Pero… - dijo la humana mientras el vampiro acariciaba su rostro con sus largos dedos - ¡¿Qué es eso?! - dijo alarmada Ayla mientras un círculo negro nuevamente aparecía frente a ella pero esta vez sobre una de las paredes por lo que el príncipe se alejó de ella a una distancia prudente.
- Mascota de sangre ¡Ven conmigo ahora! ¡Alexander está herido! - gritó Fran mientras salía de aquella mancha negra.

Ella no lo pensó, dejó atrás al príncipe y a la bella casa de campo para entrar en la oscuridad nuevamente.

- ¡¿Alexander qué te sucede?! - Gritó la mujer mientras se acercaba corriendo hasta el cuerpo de aquel hombre - ¡¿Por qué estás tan lastimado?! - gritaba a la nada mientras miraba su cuerpo y rostro mal heridos.

Recordó las palabras de aquel anciano en el lago y cuando Alexander había sido atacado anteriormente, ella lo había curado, lo haría otra vez… Extendió sus manos concentrándose en su deseo de ayudarlo a sanar y un suave destello dorado la recorrió hasta la punta de sus dedos para extenderse sobre el cuerpo del vampiro.

¿Ayla tiene un hechizo sanador?, dijo para sí mismo Chris, quién la había seguido a través del portal.

La mujer tosió y un hilo de sangre cayó por sus labios hasta su ropa mientras su cuerpo cayó desvanecido en la alfombra de los aposentos de su alteza.

- ¡Ayla! - Fran corrió hacia ella intentando evitar el golpe de su cuerpo contra el suelo, pero una ráfaga de viento fue más rápido y llegó antes sosteniéndola en sus brazos… Chris.
- ¡¿Ayla qué sucede, estás bien?!
- Uhm… estoy… estoy bien, gracias. - dijo la mascota mientras limpiaba con el dorso de su mano su barbilla manchada - ¿Qué hay de Alexander, él está bien?
- No te preocupes por él - dijo el mayor de los hermanos que estaban con ella - Él es fuerte. Estará bien.
- Tienes razón…  ¡Él es un príncipe tan dominante!
- ¿Príncipe dominante, qué es eso?
- Alexander ¡estás despierto! - dijo la mascota alegre mientras se acercaba corriendo hasta él.
- No seas tan estúpida Ayla, no moriré tan fácilmente.
- ¡Te salve la vida, deberías agradecerme!
- ¡Eso es cierto primo, no sabes lo preocupada que ella estaba, hasta casi llora por ti incluso ella…! ¡Mmmm! - intentaba el pequeño zafarse del agarre de la mujer.
- Ven conmigo Fran. Vamos a comer un bocadillo… - dijo arrastrándolo fuera de la habitación hacia el comedor.
- ¿Acabas de llevártela otra vez? Chris te lo he advertido muchas veces. Ella es mía.
- ¿Y qué?
- ¿Qué puedo hacer para que la dejes? Ya sabes que ella y yo tenemos…
- ¿Y qué? No me voy a rendir…
- En ese caso, vamos a ver quién es el adecuado para ella usando tus métodos favoritos… - Dijo su alteza mientras formaba una bola de poder en su mano.

¡Boom!

- ¿Qué pasó? Hay un terremoto - dijo Ayla incrédula mientras caminaba por los pasillos con Fran.
- ¡No! - dijo el pequeño mientras corría en dirección al sonido a toda velocidad.
- ¡¿Qué están haciendo?!

Ambos, tanto Alexander como Chris estaban envueltos en su poder mágico que emanaba de sus cuerpos, ambos se encontraban peleando con todas sus fuerzas hasta que la voz de la mujer los detuvo.

- Alexander, ¿eres un tonto? ¡Todavía estás herido!
- ¡No! ¡No soy un tonto, es un duelo!
- ¿Un duelo, por qué están peleando?
- ¡Porque no haces una elección entre él y yo! - dijo su alteza dirigiéndose a ella directamente - ¿A cuál de los dos eliges? Necesito que me des una respuesta ahora mismo. Si no eliges Chris no te dejará ir. Entonces no tenemos más remedio que luchar.

La presión la encarcelaba como a un pequeño pájaro que no tenía escapatoria alguna. Debía decidir…

- Chris… Lo siento… Realmente te tomo como mi amigo…
- Les deseo que sean felices - dijo él pasando por su costado.
- Chris - dijo ella mientras trataba de alcanzarlo pero Alexander la detenía.
- No olvides lo que acabas de decir Ayla. Como me elegiste, serás mía… Mi querida princesa.

Más allá de mi vida Tu mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora