♠️ Capítulo XXII ♠️

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- Alice... ¿Está aquí ésta noche?
- Jajajaja - rió la cumpleañera - no te pongas nervioso querido. Alice viaja por todo el mundo y casi olvida mi cumpleaños... Ella no está libre hoy, aunque dijo que haría una video llamada esta noche.
- Oh bueno está bien... - respondió el hombre mientras pequeñas gotas de sudor comenzaban a formarse.
- Valla, asique Alexander decidió bajar de sus aposentos para estar con la gente de clase pero... ha venido con una sucia mascota.
- Tío, ella es mi compañera de baile ésta noche.
- ¿Compañera de baile, una humana? Esperaba mas a Alice o Lilith pero no a una mascota. Espero que no se vuelva un hábito. - Dijo el hombre antes de tomar a su esposa del brazo para dirigirse a la mesa principal.
- Lo siento Ayla - se dissculpó Chris - a mi padre no le agradan los humanos...
- E-está bien gracias, descuída.
- Entonces señorita Ayla le gustaría...
- ¡No! - exclamó claramente Alexander - Ella es mi compañera de baile.
- ¡Lo siento! - alcanzó a decir Ayla mientras era prácticamente arrastrada por su alteza lejos de Chris.

La música comenzó a escucharse cuando las parejas ya estan ubicadas en sus posiciones en el centro del gran salón.
El dulce sonido del violín indicaba el comienzo del tradicional vals.

- ¡Espera no sé bailar! - dijo Ayla exhaltada
- Realmente eres una inútil, ni siquiera sabes bailar... - dijo el vampiro soltando un pesado suspiro - Bueno, es un momento opotuno para comenzar ahora. Sólo sigue mis pasos.

Un, dos, tres

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Un, dos, tres... un, dos, tres... un, dos...

- ¡Ahg!
- Lo siento, lo siento Alexander.
- ...Eres realmente inútil, no puedes limpiar, no puedes hacerme el té, rompes mi jarrón, e incluso no puedes bailar... ¿Qué más puedes hacer?
- ...
- Espérame aquí, no te muevas.

Alexander se marchó por un instante no sin antes acariciar el cabello de Ayla dejándola desconcertada. ¿Por qué Alexander era tan indescifrable? Él ha estado tratándola mal pero derrepente es amable...

Unas oscuras miradas llamaron la atención de Ayla quién inmediatamente las reconoció. Los vampiros, todos, la miraban como depredadores acechando a su presa. Era como si la devoraran con sólo mirarla.

Esto se tornaba cada vez más aterrador al punto de sentirse directamente rodeada por esos seres chupa sangre.
Todo parecía pasar en cámara lenta. Un círculo comenzaba a rodearse en torno a Ayla aprovechando la desprotección de su alteza.

El terror se apoderó de Ayla cuando sintió un peso sobre su hombro izquierdo erizándole la piel del miedo.

- ¡Chris!
- ¿Ayla por qué estás aquí sola? No es bueno que estés parada en medio del salón tú sola.  Ven conmigo...

Ayla siguió al príncipe hasta el exterior del castillo. La noche era exquisita con su perfume junto al del pasto húmedo.

- Aaah - dijo Ayla mientras se estiraba y apreciaba el ambiente de su entorno - qué bueno es poder relajarse. Gracias Chris...
- La vista es perfecta ¿Te gusta?

Ayla prestó atención a un gran árbol frente a su posición, en sus ramas pequeñas luciérnagas decoraban sus hojas junto a todo su esplendor en la oscuridad.

- Es tan precioso y tranquilo aquí... La luna incluso se ve más grande que en mi mundo...
- ¿De verdad? Espero ver tu mundo algún día. - Dijo Chris mientras se recargaba sobre el barandal - De seguro es igual de hermoso que tú... - continuó mientras acariciaba la mejilla de la mujer y su cabello acortando la distancia entre ellos - perfecta y deseada...
- ¿Interrumpo algo? - sonó la voz gruesa de Alexander que se recargaba bajo el marco de la puerta.

Más allá de mi vida Tu mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora