Capítulo 2

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Después de dos mil vueltas por todo el campus, por fin encuentro la maldita residencia. ¿Algo que se pueda odiar más que una residencia?. Cuando entro por la puerta veo muchísima gente, demasiada para yo poder estar a gusto. Justo cuando decido acercarme al mostrador para que me digan el número de habitación, oigo mi nombre.

-Axel, aquí estoy, hola. -Siempre con su alegría y su espíritu de paz- 

-Hola Mat, puedes decirme mi número de habitación, por favor. -Intento sonar lo más suave posible, ya que estoy empezando a perder la paciencia.

-Sí, verás, de eso quería hablarte. - Ya empezamos con las historias y los problemas.- Han tenido problemas en la asignación de habitaciones, han contado mal las plazas y hay gente que no tiene habitación, entre ellos tú, entregaste los papeles demasiado tarde y bueno, no hay plazas aquí. 

- ¿Cómo? ¿Perdona?.-Estoy a punto de reventar mi puño contra algo- He pagado un dineral por estar aquí y mantener a mi madre contenta, quiero mi habitación ahora- He cogido el avión a las 6:30 de la mañana en Barcelona con la intención de llegar aquí, entrar en mi habitación y que no me moleste nadie y ahora resulta que no tengo habitación, no sé por qué he decidido hacer caso a las ideas brillantes de mi madre para tenerme cerca. 

-Entiendo tu enfado, de verdad hijo, por eso he buscado una solución rápida y os hemos asignado una habitación de hotel a diez minutos de aquí. El dueño del hotel es el mismo que el de la residencia, así que no habrá problemas de papeleo ni de dinero. Lo único, que está a 10 minutos del campus. 

Asiento con la cabeza y cojo las llaves, mientras Mat me indica como llegar y el número de habitación. En el fondo no es mal hombre, pero no aguanto que sea el tercer novio de mi madre, y mucho menos que me llame hijo, ya que no lo soy, podrá estar con mi madre y hacer con ella todo lo que quiera, pero jamás pienso llamarle papá. 

JUSTO A TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora