Capítulo 3

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Emm.

Tras un largo viaje por fin llego a la residencia, este campus es un caos, nada tiene que ver con la organización de mi universidad, aunque he de admitir que la residencia de allí ni la conozco.
Cuando entro por la puerta me encuentro rodeada de gente, varias de ellas llorando, otras agobiadas y otras exigiendo una reclamación, ajena a las circunstancias me dispongo a pedir la llave para mi apartamento, me atiende un señor muy agradable y amable llamado Mat, y para mi sorpresa me informa de que no dispongo de apartamento allí,  que las plazas no han sido bien calculadas y que me tengo que ir al hotel del dueño.
El caos se apodera de mí, exijo reclamar, estamos a primeros de septiembre y yo había solicitado apartamento en mayo. No puede ser verdad todo esto. Angustiada, cojo las llaves y me dirijo al hotel, cargada con mis tres maletas y mis dos bolsas de mano.

Cuando llego al hotel, prácticamente arrastrando todo por el suelo, un chico alto, de pelo castaño y ojos marrones claros está saliendo por la puerta, corro pensando que tendrá la amabilidad de sujetarme la puerta y dejarme pasar, pera mi sorpresa no es así, y justo la cierra cuando voy a pasar.

-Maleducado. -Es lo único que dice mi boca.

El chico sin más se gira y sonríe.  No le conozco, pero sé que es un cabronazo en toda regla.
Me dispongo a entrar en mi habitación y llamar a mi familia y a mi novio; Daniel. Necesito que me aconsejen y me guíen, estoy sola aquí, en un hotel y sin nadie que me apoye.
Daniel no me coge el teléfono, por lo que decido llamar a mi casa y hablar con mis padres.

-Hola mamá.  -Trato de mantener la calma para que mi madre no se preocupe y se presenten aquí mañana mismo.

-Hola hija, ¿Cómo vas? ¿Es grande el apartamento?

-Si, bueno, verás, no tengo apartamento mamá. -Rompo a llorar. -Me han dado una habitación de hotel para hospedarme, pero no voy a tener apartamento. 

El caos se crea al otro lado de la línea, mi madre empieza a pegar voces y mi padre se pone histérico.  Sabía que iba a pasar, soy la única chica de los tres hermanos y la pequeña.  Siempre me han tenido muy protegida para darme lo mejor y no caer en las cosas malas como mi hermano mediano Oliver. Sabía que si contaba esta situación la cosa no iba a acabar bien.
Tras hablar con ellos durante más de una hora, llegamos a la conclusión conjunta de que mañana vaya a reclamar y exija mi apartamento.  Eso haré, aunque fijándome bien, la habitación no está tan mal.

JUSTO A TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora